Fueron 17 horas de un largo viaje que esquivó muchos obstáculos: un toque de queda, retenes militares, riesgo de bombardeos y -por si fuera poco- una tormenta de nieve poco común, pero Maria Postsap –de origen ucraniano- y su hijo Dante de tres meses lograron dejar atrás la zona cero de los ataques de Rusia a Kiev y se reunieron con el quintanarroense Yimer Cadena Cortés en la frontera de Bucarest, en Rumania.

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Sin embargo, la emoción y alegría de Maria se ensombrece, al pensar en su otra familia, su madre y hermano, que se quedaron en la capital ucraniana y de quienes no se pudo ni despedir.

“Me siento mal, estoy llorando(…) es muy complicado, no pude decir adiós a mi mamá”, dice la ucraniana antes de que las lágrimas le impiden hablar, y pide unos minutos para tomar aire.

En entrevista con 24 HORAS, desde Bucarest, Maria afirma tener sentimientos encontrados: “Estoy feliz porque ya pudimos salir, ya pudimos cenar; el encuentro de mi bebé con su padre es lo más valioso(…), pero al mismo tiempo es muy complicado porque dejé a mi familia (en Ucrania)”.

HUIR DE LA GUERRA

De acuerdo con el propio Yimer, Maria y Dante -junto con un grupo de cerca de 20 personas- salieron de Kiev apoyados por un mexicano que radica en Ucrania y que rentó una camioneta para llevar a su propia familia y otros connacionales hacia la frontera, gastos que –indica- serían reembolsados por la embajada de México en Ucrania.

Tras permanecer más de una semana en la granja de unos amigos comiendo solo calabazas y papas cocidas, Maria –con algunos problemas de salud- y su bebé iniciaron el viaje el domingo, en medio de la nieve y un toque de queda que obligó al grupo a pernoctar en una ciudad intermedia y retomar el camino horas después.

Entre miedo e incertidumbre, ella y Dante llegaron el lunes a la ciudad de Siret, a casi 480 kilómetros de la capital rumana, donde recibió un permiso para poder ingresar al bebé –aún no cuenta con acta de nacimiento- y ambos fueron trasladados, junto con el grupo de connacionales, en una segunda camioneta por personal de la embajada mexicana de ese país hacia las inmediaciones de la estación de tren Gara de Nord, en Bucarest, a donde arriba la mayoría de los refugiados que buscan alejarse del conflicto bélico.

Allí, Cadena Cortés -quien viajó el pasado fin de semana, con recursos propios, desde México para tratar de entrar a la zona del conflicto a rescatar a su familia de la zona de la guerra- pudo conocer a su hijo y reencontrarse con su esposa.

Frases:

(Le diría al mundo que) cada momento que puedas vivir con amigos y familia es importante, porque en un momento todo cambia, no puedes ver tu país, a tu familia”
MARIA POSTSAP
Ucraniana refugiada en Bucarest

“Tengo sentimientos encontrados, emoción y alegría por tener a mi familia -nunca me había sentido tan orgulloso de ser mexicano- y, a la vez, tristeza por el pueblo ucraniano”
YIMER CADENA CORTÉS
Mexicano en Rumania

CITA 3:
“El riesgo siempre existe en un tema de guerra(…) valoramos que había alto al fuego(…) si no, no hubiéramos podido sacar a Maria, a Dante y a las demás personas”
OLGA BEATRIZ GARCÍA GUILLÉN
Embajadora de México en Ucrania

 

LEG