Foto: Cuartoscuro / archivo Banxico mantuvo su previsión de inflación de 4% anual para el cierre de año  

La Junta de Gobierno de Banxico ajustó a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía mexicana en 2022, al pasar de 3.2% a 2.4%.

La reducción del pronóstico para el PIB respondió a la debilidad de la actividad económica que se observó en el último trimestre de 2021, que condujo a una menor base de crecimiento para 2022 a la esperada anteriormente, explicó en su primera presentación al frente de la entidad la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja.

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En el periodo octubre-diciembre de 2021, la economía mostró debilidad y un estancamiento después de la contracción en el tercer trimestre, de acuerdo al informe trimestral de Banxico correspondiente al cierre del año pasado y presentado ayer.

En el cuarto trimestre se observó un comportamiento heterogéneo entre los sectores económicos, pues mientras que la actividad industrial mantuvo una moderada recuperación, los servicios cayeron por segundo trimestre consecutivo.

No obstante, Rodríguez Ceja dijo que se espera que desde el primer trimestre de 2022 la actividad económica retome una senda de crecimiento gradual, apoyada por la demanda externa e interna.

Indicó que el desempeño de la economía continuará siendo influido por el comportamiento del Covid tanto en el país como a nivel internacional, pero confió en que una vez superada la cuarta ola de contagios haya un mayor dinamismo.

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Para 2023, el banco central mejoró su expectativa para el PIB, al pasar de 2.7% a 2.9%, en un escenario donde mejoren las condiciones epidemiológicas y se impulse la actividad económica.

Con respecto a las proyecciones de inflación, la entidad las mantuvo sin cambios desde el más reciente anuncio de política monetaria, en donde subió sus pronósticos a 4% para el cierre de año.

Sin embargo, Banxico no descartó riesgos para la inflación derivados del conflicto entre Rusia y Ucrania, y que dependerán principalmente de la duración y la magnitud de la crisis.

Reconoció que el conflicto complicó el panorama global, ya que se pueden prever presiones al alza en los precios de energéticos y en granos como el trigo, ya que Rusia y Ucrania son grandes productores de materias primas, así como irrupciones en las cadenas de suministro.

“Un conflicto prolongado tendría repercusiones negativas sobre la actividad económica en la región y en aquellos países que se vean afectados por interrupciones en el suministro o incrementos en los costos de las materias primas”, expuso la gobernadora.

 

LEG