Yaroslav Rakitskiy, el defensa nacido durante la época de la Unión Soviética en Pershotravensk, territorio que actualmente pertenece a Ucrania y nación de la que tiene su pasaporte desde 1991 con la disolución de la URSS, tiene una compleja historia desde antes que estallara el conflicto entre su país y Rusia. Con su fichaje con el Zenit hace tres años, cambió su historia.
En 2009 debutó con el Shakhtar Donetsk, el equipo más ganador de Ucrania y ahí permaneció por 10 años, jugando los últimos cinco sin localía, ya que su club salió de esta región que terminó por ser autoreconocida como independiente, quitándole el derecho de poder usar la nueva Donbass Arena.
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Pero la situación complicada para este futbolista empeoraría cuando fichó con uno de los clubes más grandes de Rusia; el Zenit de San Petersburgo.
Siendo un habitual del representativo de su nación, de repente empezó a dejar de ser convocado hasta que lo repentino se volvió casual. Fue ahí cuando él mismo decidió retirarse de la Selección de Ucrania, como respuesta al veto que le impuso el entrenador que dicho sea de paso, en su momento como jugador fue el mejor en la historia de su país; Andriy Schevchenko.
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Hoy, el aún militante del Zenit permanece en el país vecino aunque solo ha jugado uno de los últimos nueve partidos. En el más reciente no fue ni siquiera convocado, dejando en misterio su futuro cercano.
EAM