En la programación propagandística de cada mañana, hoy toca el turno de la sección que llaman desarrollo económico, que no es otra cosa que el imperio de los otros datos de la economía mexicana que acompañan al resto de las puestas en escena matutina de Palacio Nacional.

No es, para nada, una fuente de información confiable para aquellos que siguen con seriedad el desempeño de la economía nacional. Sin embargo, sí es necesaria su atención porque, al final, quien encabeza el montaje de propaganda cotidiano es la máxima autoridad, tomadora de decisiones, de este país.

Además de los previsibles indicadores favoritos de Andrés Manuel López Obrador, como el tipo de cambio o las cifras que más se acomoden de ocupación y empleo, hay para la retórica presidencial dos indicadores importantes publicados esta misma semana.

El primero es el dato preliminar del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del cuarto trimestre del año pasado y el segundo son las remesas al cierre del 2021.

Ya vimos cómo el Presidente giró ante su feligresía la discusión del resultado del PIB, que confirmaría dos trimestres consecutivos con resultados negativos, hacia los otros datos.

El otro tema que seguro buscará el presidente López Obrador dirigir los reflectores tiene que ver con el monto de las remesas y su resultado al cierre del 2021.

La buena noticia de un nuevo máximo histórico en estos recursos que envían mexicanos que viven en el extranjero, básicamente en Estados Unidos, no puede quedar aislado de su pernicioso origen de hacer de este país un expulsor de su mano de obra, lo que además implica la desgracia de la división de las familias.

Los 51,594 millones de dólares en remesas recibidos durante el 2021 no son un triunfo de la 4T. Los incrementos del 8.2% del 2019, 11.4% del 2020 y 27.1% del año pasado en el monto de estos recursos enviados no son producto de alguna política acertada del Gobierno de López Obrador.

Al contrario, si dejamos a una investigación binacional la posibilidad del uso por parte del crimen organizado de este mecanismo para lavar dinero y nos concentramos solamente en las remesas legales, lo que tenemos es un aumento en el monto de envío, pero también del número de personas que ya viven en Estados Unidos y mandar dinero a la familia que dejaron en México.

Así, cuando esta mañana o en cualquier otra mañanera, el Presidente festine el incremento en las remesas, lo que realmente está haciendo es congratularse de la constante y creciente expulsión de mexicanos de su patria.

Llegó pues este primer jueves del mes, el que está marcado en el calendario como el de las cifras del desarrollo en la mañanera y lo que hay acumulado son evidencias de que, ante un mal desempeño económico, no hay la más mínima intensión de recomponer el rumbo de un país dividido y que genera desconfianza entre los que pudieran invertir.

 

@campossuarez