Foto: Arturo Romero El rector de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Dante Salgado, expresó que no les sorprende ni les preocupa  

En medio de las críticas a las universidades públicas y carencias presupuestales que amenazan su funcionamiento, legisladores, analistas y rectores alertaron que la autonomía de las casa de estudio del país está en riesgo.

Felipe Gaytán Alcalá, especialista en sociología de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, expresó que los llamados a abrir el debate en las universidades públicas para realizar reformas en su funcionamiento no tendrían por qué sorprender, pero sí deberían preocupar.

“No es una crítica o un debate de cómo mejorar la educación o la administración en la gestión de la universidad pública, lo que hay es un ataque directamente a la estructura y un cuestionamiento a su propia existencia y la forma cómo están operando.

“Y esto se refleja no un debate sino en el tema presupuestal, y una universidad sin presupuesto va a dejar de existir o va a disminuir mucho su calidad”, expuso.

La escasez de presupuesto, sostuvo, atenta contra las autonomías que es una forma de defensa, de blindar la libertad de cátedra, la decisión de los proyectos que llevan a cabo, la formación de los estudiantes y el cómo se orientan las carreras.

Recordó que la relación del presidente Andrés Manuel López Obrador con las instituciones de educación superior no ha sido fácil, y no lo es desde que fue jefe de Gobierno del otrora DF.

“Ahora lo que vemos es que tuvo un acercamiento con la comunidad académica, con estudiantes y profesores, pero siempre desconfió de las estructuras universitarias a las siempre llamó la burocracia universitaria dorada, que vivían del presupuesto” expresó.

No por nada, abundó, al llegar al poder le encargó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) hacer una ciencia ligada al pueblo, no neoliberal y que debía alinearse a los programas para el desarrollo nacional.

“El CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas) es el experimento de hasta dónde puede apretar a estos Centros de Investigación y por tanto a las universidades”, consideró Gaytán Alcalá.

En varias ocasiones, el Presidente ha criticado a la UNAM tanto por los altos salarios de algunos de sus funcionarios y por “derechizarse”, incluso llegó a tildar a la comunidad de “cómodos” por no querer regresar a las aulas.

Para el investigador, el Gobierno federal tomó al CIDE como ariete para presionar a los centros de investigación porque es el némesis de López Obrador, el lugar donde se formaron y se siguen formando los cuadros neoliberales.

El modelo de educación superior que se está proyectando con las Universidades Benito Juárez es “credencialista” en la que se democratiza el acceso a los estudios universitarios pero no generan cuadros de primer nivel para el mercado laboral o para el desarrollo del país.

Problemática creciente

Para el diputado federal por Acción Nacional, Juan Carlos Romero Hicks, lo que se ve con la intervención de la Federación en los centros de investigación va de una postura dogmática “de un despotismo no ilustrado del Presidente” en el caso del CIDE, a la ineptitud, ignorancia e impunidad en el caso del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) en Puebla “donde llama la atención porque son ciencias exactas, naturales y tecnología; no hay temas de ideología…al final del día, simplemente es el desdén por las instituciones”.

Al arrancar la actual administración, el presidente López Obrador envió su proyecto de iniciativa de reforma educativa en la que se retiró la palabra “autonomía”.

Tras hacerse público el hecho, la Secretaría de Educación Pública aclaró que no se tenía contemplado desaparecer esa característica de las universidades, y que todo se había tratado de un error en la captura del documento.

El 3 de septiembre de este año el Congreso de Hidalgo aprobó una iniciativa,para reformar la Ley Orgánica del IPN, que data de 1981.

La comunidad politécnica consideró el proyecto como una vía para la privatización de su educación y la pérdida de sus derechos; finalmente la propuesta no prosperó.

Ante las críticas López Obrador a las universidades, el rector de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Dante Salgado, expresó que no les sorprende ni les preocupa.

“En los ambientes de las universidades es muy común el debate, es muy común contrastar ideas y yo te diría que casi es la naturaleza propia de las universidades”.

Salgado comentó que conversó con el rector de la UNAM, Enrique Graue sobre estas polémicas “y él estaba muy tranquilo sabiendo que la UNAM es un espacio de encuentro, de contraste, de opiniones, de tendencias ideológicas, de visiones de mundo, donde es imposible que haya homogeneidad”.

Por su parte, el secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Jaime Valls Esponda, aseveró que la relación con el Gobierno federal es institucional y de cordialidad.

FRASE
“A la UNAM, por la fuerza que tiene, la ha descalificado como institución y eso ha generado un reacción, después lo ha hecho con los Centros de Investigación recortándoles atribuciones”
Felipe Gaytán Alcalá, especialista en sociología

Conflicto en CIDE; alistan marcha

Por: Ángel Cabrera

El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como un “despropósito” y una “deshonestidad intelectual” que se compare al movimiento del 68 con las protestas por el cambio de director en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). El conflicto en el centro se complicó ayer, con la nueva suspensión del diálogo entre las partes.

Aseguró que los maestros y estudiantes tienen derecho a manifestarse y protestar, pero son los intelectuales los que hacen un comparativo fuera de lugar.

El conflicto se derivó de la designación José Antonio Romero Tellaeche al frente del CIDE, lo cual es rechazado por un grupo de alumnos y docentes, quienes desde el 29 de noviembre pasado mantienen tomadas las instalaciones.

El investigador emérito Ugo Pipitone dijo que el Gobierno federal debe evitar que “la chispa se convierta en un incendio. No lo queremos, no queremos un 68, pero sobre todo lo que no queremos, perdón por usar la palabra, pero lo que no queremos es Tlatelolco. No queremos que ocurra como en el 68, el movimiento comenzó con demandas de mejoras escolares y, frente a la cerrazón de las instituciones, se radicalizó”.

Al respecto, López Obrador dijo: “están queriendo comparar las diferencias que tienen con el CIDE, con el 68, es un despropósito”.

López Obrador sugirió a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México que en la protesta del CIDE, “que no hay un solo policía, que no haya nada y ejerzan a plenitud su derecho a la manifestación”.
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