Bienvenidos a esta su casa. Como les he dicho, este es el rinconcito en el que pretendo pasar mis últimos años, retirado de la vida pública. Para empezar el recorrido, déjenme decirles que este árbol es una ceiba. No están ustedes para saberlo, pero mandé una propuesta de ley para cambiar el escudo nacional: en vez del nopal, que ya chole, poner este símbolo del trópico ardiente. 

Mi propiedad, perdón… la propiedad de mis hijos llega hasta allá, donde se ven los mangos. Calculamos que por ahí de 2035 va a circular cerca de ahí el Tren Maya. Estoy tratando de convencer a Bartlett de que compre unas hectáreas en aquel lado. “Manolo –le dije el otro día–: deberías venirte a pasar los cuarenta, cuarenta y cinco años que te quedan a un entorno tranquilo, con la conciencia limpia de quien lo ha dado todo por la patria”. 

Este es mi estudio. En este escritorio pienso redactar mi obra más importante: Cómo derroté al neoliberalismo. Una guía para salvar al mundo, en cuatro volúmenes. Aquí en el estudio guardo los recuerdos de una vida entregada a la causa de los más humildes. Esta foto es de un juego de béisbol que me organizaron en Badiraguato. ¿Este bat? Ah, qué bueno que preguntas. Me lo mandó Díaz-Canel, en agradecimiento por el barco de combustóleo que donamos solidariamente a ese pueblo heroico. Tiene un gran valor histórico. No, fíjate que no fue de Fidel, aunque era muy bueno para el deporte. No. Me asegura Miguelito que lo usaba El Che para interrogar a los conservadores, los vende patrias. Esta guayabera me la regaló Noroña. La tengo aquí pero no la uso. Es muy bonita, pero tiene un olor raro. Mi favorita es esta camiseta de los Dodgers. En la Secretaría de Cultura le encargaron a unos artesanos que le bordaran “La Inbestidura”. ¿Disculpa? Sí, ya sé que se escribe con “v”, pero recuerda que el pueblo no se equivoca.

En este descampado vamos a construir el campo de fildeo y macaneo. Lo voy a bautizar Estadio del Bienestar. El pueblo me pidió a gritos que le pusiera mi nombre, pero ya se acabó el culto a la personalidad. Ahora, si les parece, para terminar, vamos a ofrecerles un desayuno. Síganme derecho. Va a haber gorditas y jugo de caña. Me encantaría acompañarlos, pero está de subida y me hice un desgarre el otro día. Fue increíble. Había hombres en primera y en tercera y mandé una línea por el center, pero en acelerón para llegar a primera pues sí, sentí una punzada. Disfruten las gorditas. A mí me gusta echarles encima dos cucharadas de manteca de cerdo.


@juliopatan09