@guerrerochipres

 

Derrotada la interpretación que contraponía el derecho a la educación con el derecho a la salud y, por tanto se declaraba en contra del regreso a clases, queda reabierta la oportunidad para que niñas, niños y adolescentes recuperen la educación presencial y nos acerquemos a la mayoría de los países desarrollados que ya estaban en ese proceso.

Hasta este lunes, México era uno de los pocos países con un sistema educativo cerrado ante la pandemia, en un contexto en el que resulta difícil de entender la resistencia a la apertura de un espacio que es y puede ser seguro en la misma medida que otros donde desde hace tiempo conviven menores de edad y adultos, como cines, restaurantes o parques.

La polaridad de la discusión extiende la del resto de los temas. Si la propuesta proviene del adversario político, debe ser boicoteada. Esa es la lógica frecuente de actores que omiten la existencia de valores más universales que los meramente partidarios.

El centro de la discusión debe incluir el reconocimiento a la necesidad de los estudiantes por regresar no sólo a un centro educativo, sino a la socialización y a la interrupción de procesos de confinamiento con violencia y depresión, con ansiedad y profundización de la brecha entre géneros donde las mujeres deben hacerse cargo del cuidado de los más pequeños y los mayores.

Según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, la violencia familiar y contra las mujeres, niñas o mayores fue multiplicada hasta por 10 de un año a otro. Las afectaciones a la salud mental, disparidad en el acceso a la conectividad necesaria para las clases en línea y de duelo las habrían afectado más que a los varones.

Este lunes platiqué con Astrid Hollander, jefa de Educación en Unicef-México, con quien coincidimos en los beneficios de reactivar la vida en todos los sentidos, y en valorar el regreso a las escuelas como oportunidad, más que como una amenaza.

No hay duda de que el virus llegó para quedarse y vamos a tener que convivir con esta circunstancia por un tiempo indefinido, por lo que no podemos detener actividades, como la escolar, en espera de un escenario de cero contagios. Voluntad y precaución.

En todas las regiones han abierto los centros escolares. Sí es posible regresar y no son en automático “peligrosos centros de contagio”. Eventualmente se presentarán casos, lo importante es identificarlos oportunamente y actuar.

El interés superior por la infancia con derecho a la salud y a la educación, complementaria y simultáneamente, como lo comenta Hollander y coincide el Consejo Ciudadano, debe estar por encima. Debemos entender que el derecho a la salud incluye a la mental, que contiene a su vez el derecho a la educación.

En la CDMX, 95% de los planteles reabrieron. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, calificó la jornada como un éxito. Niñas, niños y adolescentes demostraron resiliencia, saber adaptarse a las nuevas circunstancias sin temor y con pleno entendimiento.

Es momento de confiar en ellas y ellos.