Mother Jones, activista en favor de los derechos laborales
Foto: Library of Congress Mother Jones acudió a donde hubiera una lucha contra la opresión  

“Vivo en los Estados Unidos, pero no sé exactamente dónde. Mi dirección está dondequiera que haya una lucha contra la opresión. A veces estoy en Washington, luego en Pennsylvania, Arizona, Texas, Minnesota, Colorado. Mi dirección es como mis zapatos: viaja conmigo”. 

 Así respondió Mary Harris Jones, mejor conocida en la historia sindical y lucha obrera como Mother Jones, en el congreso de la unión americana por el caso del periodista secuestrado en territorio estadounidense, Manuel Sarabia, opositor al mandato del entonces presidente de México, Porfirio Díaz.

Mother Jones
Library of Congress/Mother Jones

Jornadas de ocho horas, vacaciones, seguro social, prestaciones, son conceptos laborales impensables a finales del siglo XIX, pero con perseverantes luchas de verdaderos líderes obreros, como los consideraba Mother Jones, fueron victorias graduales en beneficio de un trabajo más justo.   

 “Los primeros días del movimiento obrero produjeron grandes hombres. Diferían mucho del líder obrero moderno. Estos primeros líderes no buscaban publicidad, tenían una sola mente, no estaban interesados en su propia gloria ni en su propio avance financiero. No servían mano de obra por salario. Hicieron grandes sacrificios para que el futuro pudiera ser un poco más brillante para sus compañeros de trabajo”, recordaba Harris Jones en 1925 en su autobiografía.

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DE IRLANDA PARA EL MUNDO 

 En 1830, en la ciudad de Cork, Irlanda, nació Mary Harris Jones, la activista laboral femenina más famosa del siglo XIX, una auto proclamada “revoltosa” en la causa de la justicia económica. Era tan estridente que un abogado estadounidense una vez la calificó de ser “la mujer más peligrosa de Estados Unidos”, como la describe el National Women´s History Museum.

 A la edad de cinco años emigró a Toronto, Canadá, con su familia. Primero trabajó como maestra en una escuela católica de Michigan, posteriormente fue costurera en Chicago. Se mudó a Memphis para otro trabajo de docente. En 1861, se casó con George Jones, miembro de la Unión de Moldeadores de Hierro, con quien tuvo cuatro hijos. En 1867, la tragedia la golpeó cuando toda su familia falleció durante la epidemia de fiebre amarilla… Vistió el negro para el resto de su vida.

 De regreso a Chicago, Mary Harris retomó su actividad como costurera, época en la trabajaba para la aristocracia de la ciudad, “miraba por las ventanas y veía a los pobres, miserables, temblorosos, desempleados y hambrientos. El contraste de su condición con la de la comodidad de las personas para las que cosí fue doloroso para mí. Mis empleadores parecían no darse cuenta ni preocuparse”.

 Sin embargo, su taller fue destruido en el Gran Incendio de Chicago de 1871. Aunque años antes ya se había familiarizado con el movimiento obrero, fue desde el incendio en la ciudad cuando se metió más en la lucha laboral y participó activamente en los esfuerzos de los trabajadores para mejorar las condiciones en las que trabajaban y vivían. “Me convertí en miembro de los Caballeros del Trabajo”.

 

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LA MEJOR AGITADORA DEL SIGLO XIX

 En los años venideros y hasta 1930, año en que falleció Mother Jones, fue tiempo de constantes luchas y huelgas en favor de los trabajadores en los Estados Unidos, pero también del trabajo infantil como fue el caso en una textilera en Pensilvania, donde al menos 10 mil menores de edad formaban parte de la plantilla, como lo describe en su autobiografía.

 “Los trabajadores estaban en huelga por más salarios y horas más cortas. Todos los días los niños entraban en la sede de la Unión, algunos con las manos fuera, algunos con el pulgar perdido. Eran pequeñas cosas inclinadas, de hombros redondos y flacos. Muchos de ellos no tenían más de diez años de edad, aunque la ley estatal prohibió su trabajo antes de cumplir doce años de edad”.

 

Años de constante lucha que no solamente se quedó en Estados Unidos, sino que incluso fue un parteaguas para organizaciones que llegaron a otras partes del mundo, como la Industrial Workers of the World (IWW), que llamaba a organizar a todos los obreros y obreras industriales, y de la cual fue la única mujer entre los veintisiete firmantes del manifiesto fundador.

 “Mother Jones, organizadora sindical, oradora electrizante y, como la describió Elizabeth Gurley Flynn, ‘la mejor agitadora de nuestra época’”, parte del texto dedicado a Mary Harris por parte del Partido de los Trabajadores Socialistas de Argentina.

 OPRESOR PORFIRIO DÍAZ

 Mother Jones también fue una gran admiradora de la Revolución Mexicana de 1910 y, desde entonces, una de sus principales actividades fue la recaudación de fondos para esa lucha y la defensa de los revolucionarios arrestados en Estados Unidos.

 “En nombre de nuestros propios héroes revolucionarios, en nombre de los héroes no nacidos, en nombre de aquellos cuyas estatuas están en silencio, ruego que este cuerpo de representantes proteja a estos hombres mexicanos de la tiranía y opresión de ese sangriento tirano, Díaz”.

 DEVOCIÓN HACIA LOS TRABAJADORES: TROTSKY

 Una ideología de lucha que impregna nuestra actualidad para seguir defendiendo los derechos laborales, como lo describe la escritora y activista del movimiento obrero estadounidense, Kim Kelly.

 “Mother Jones nunca morirá realmente; el impacto que tuvo es demasiado grande. Ahora su legado ha encontrado una nueva vida vital en un grupo de mujeres en el país del carbón de Alabama (…). Casi se espera escuchar las exhortaciones de Mother Jones a ‘seguir luchando’ sonando sobre los yacimientos de carbón.

Funeral de Mother Jones
Library of Congress/Funeral de Mother Jones

 “A pesar de los mejores esfuerzos de Jones y generaciones de organizadores sindicales después de ella, la minería del carbón sigue siendo un trabajo peligroso y difícil. La industria ha disminuido enormemente desde los días de Mother Jones y Blair Mountain, pero todavía hay miles de trabajadores dedicados a esta labor, que arriesgan la vida y la extremidad para sumergirse profundamente en la misma oscuridad y polvo del carbón que saludaron a muchos de sus padres, abuelos y bisabuelos”, destacó Kim Kelly.

 Tan dedicada fue la vida de esta activista que figura en los libros de historia sindicalista que el revolucionario León Trotsky expresó después de leer la autobiografía de Jones, “¡Qué indefectible devoción hacia los trabajadores, y qué elemental desprecio hacia los traidores y arribistas que se encuentran entre los ‘jefes’ obreros!”.

 Por eso, la lucha obrera no solamente se conmemora cada 1 de mayo, con un “día de descanso” para unos, como ya lo mencionaron, todavía hay miles de trabajadores que no han podido mejorar sus condiciones de trabajo y continúan con la lucha.