Ya demostraron que no tienen empacho en mentirle a los trabajadores, ahora veremos si la 4T se atreve a aplicar la misma técnica para responder al Gobierno de Estados Unidos sobre las quejas que interpusieron dos sindicatos contra nuestro Gobierno por no garantizar la libertad sindical. 

La cosa no la tienen sencilla, los reflectores de Estados Unidos y Canadá estarán puestos en que México cumpla con los compromisos pactados en el T-MEC. No olvidemos que gran parte de esa importante negociación la hizo la administración pasada, por lo que se entiende entonces la ligereza con que toma el pacto la 4T.   

Tras la puesta en marcha de la modernización del tratado comercial, nuestras autoridades laborales se han topado con que no hay manera de hacerse tontos, las contrapartes ya demostraron que protestarán cada vez que un sindicato mexicano levante la voz y denuncie las intromisiones, violaciones, atropellamientos y omisiones que encabeza la dependencia de Luisa María Alcalde. 

En menos de un mes, México ya fue señalado en dos ocasiones de ser omiso en el cumplimiento de la libertad sindical, en específico de no permitir la libre asociación ni la negociación colectiva, por lo que Estados Unidos puso en marcha el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del Tratado, a lo que nuestro país deberá responder de manera pronta y mediante un informe avalado por hechos, si se cometió o no tal abuso; de ser positivo se deberá recomponer la situación. 

Nada es casualidad, hace unos días nuestro país recibió la visita de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. En la agenda, el tema laboral y cumplimiento del T-MEC era prioritario; sin embargo, las autoridades mexicanas, como ya habíamos consignado, desestimaron el encuentro que tendría la funcionaria estadounidense con líderes sindicales, al sentarla con todos menos con los trabajadores. En contrapeso, Estados Unidos demostró que no pierde el tiempo y ya espera respuesta de dos posibles violaciones a los derechos de los empleados.   

Las intromisiones de este Gobierno en la vida sindical no son novedad, nosotros las hemos denunciado desde hace más de dos años. En el sector minero la 4T se ha caracterizado por permitir todo tipo de abusos cometidos por Napoleón Gómez Urrutia, aquel que hicieron senador y el mismo que por más de una década huyó a Canadá acusado de arrebatarle 55 millones de dólares a sus propios trabajadores.   

El ejemplo más reciente lo vivimos con la mina de Cosalá en Sinaloa, donde el Gobierno mexicano no sólo ha desechado desde hace año y medio las denuncias de la toma de la mina por parte del crimen organizado ligado a Gómez Urrutia, sino que durante las votaciones para la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, los trabajadores fueron objeto de intimidaciones y amenazas para influir el voto. También, a pesar de que aún está en litigio el CCT por cuatro sindicatos, el Gobierno decidió por “dedazo” que será Urrutia quien negocie con la empresa una posible reactivación. 

Los dueños de la mina también han dado fe de los abusos sufridos, sostienen denuncias penales contra los que la tienen secuestrada y sin operar y también se han rehusado a la imposición de un líder por parte del Gobierno, a cambio, ya recibieron la advertencia directa del presidente López Obrador de una posible cancelación de la concesión.   

El T-MEC no es un juego y ese no lo pueden violar. Estemos atentos ya que aseguran que las denuncias le caerán a la 4T como una auténtica cascada.



@CarlosPavonC