Juan Manuel Torres Esquivel

Por: Juan Manuel Torres Esquivel

Estamos a 30 días de la elección más importante de la historia de nuestro país, con miles de cargos en juego y, sin embargo, a pesar de las complejidades que implica, los candidatos enfrentan un nuevo reto: la pandemia. El COVID-19 planteó la necesidad de olvidarse de los eventos masivos, para conquistar al electorado bajo un nuevo esquema de comunicación. Se decía que los candidatos tendrían que apostar fuerte a la creatividad y al ecosistema digital para poder brillar; no obstante, hasta el momento, ningún candidato, ningún partido y ningún segmento de la población política, han mostrado algo interesante de qué hablar, por el contrario “puras vergüenzas”.

 

¿Dónde están las nuevas promesas políticas de los partidos? ¿Dónde están los jóvenes con innovadoras propuestas de comunicación digital? ¡No hay NADA! Ningún candidato, ningún partido ha brillado en la escena política nacional o local. No hay un fenómeno mediático como fue el de Alexandra Ocassio en Estados Unidos. Y tampoco el dinero es un pretexto, pues la entonces candidata independiente inició su campaña política sin el respaldo del partido demócrata, incluso peleó con una fuerte figura del mismo y ganó. Los jóvenes, tendrían que inyectarle una bocanada de aire fresco a estas elecciones y no hay un solo ejemplo que brille. Los jóvenes tendrían que estar llenando los medios digitales con contenido innovador, propuestas distintas y una comunicación digital efectiva. No obstante, todos ellos han brillado por su ausencia. Incluso, algunos sólo están copiando las prácticas del pasado.

 

La ex delegada de Álvaro Obregón y ahora candidata de MORENA por Campeche, Layda Sansores, fue tendencia en Twitter tras plagiar la imagen de la producción de Netflix “Gambito de dama”. Ignoro a qué consultor político se le ocurrió, pero me transportó a 2009, cuando todos los candidatos mexicanos querían ser Barack Obama ¡Lamentable! No entiendo por qué los candidatos pagan cientos de miles de pesos a consultores cuya creatividad versa en el plagio de fenómenos mediáticos, como Obama o las producciones de Netflix ¿Acaso nadie le recordó a la ex senadora el vergonzoso episodio en la elección pasada cuando la candidata Purificación Carpinteyro se caracterizó como Matrix para pedir el voto de los ciudadanos? No, el plagio nunca será bien visto y menos en digital. Como se habrá dado cuenta la candidata este recurso es castigado y genera múltiples trolleos. En digital, no aplica la máxima de “que hablen mal de ti, pero que hablen” aquí es todo lo contrario.

 

Si plagiar es malo ¡Hacer el ridículo en TikTok ES PEOR! De acuerdo con estadísticos de TikTok, 42% de sus usuarios tienen 18 a 24 años de edad; para ellos, ésta será la primera vez que salgan a votar y créanme, van a hacerlo con inteligencia. Quién piense que por salir a bailar “Your so sexy” enfrente de una sex shop, va a ganar su voto, está cometiendo dos grandes errores. El primero, está insultando la inteligencia del votante joven; ese candidato está olvidando que en las pasadas elecciones el voto joven fue “de castigo”. De acuerdo con Parametría, las personas entre 26 y 35 años fueron quienes más votaron por Andrés Manuel López Obrador. El segundo, no va a generar “engagement”, solo va a hacer el ridículo y serán visualizados en forma de meme, no como una propuesta innovadora o seria.

 

Creo que la clase política mexicana ha perdido una oportunidad para reinventarse. De todos los casos que mencioné, lo que más me decepciona es el caso de los jóvenes. Ver a los “nuevos rostros” de la política hacen lo mismo que “los dinosaurios”, lo que ciertamente es decepcionante. Falta poco para que los mexicanos salgamos a votar y todo parece indicar que no veremos algo así. Falta digitalizar al país para ampliar la comunicación política. Falta digitalizar nuestras instituciones electorales. Falta digitalizar a los viejos partidos políticos. Pero faltaba más la creatividad y el peso de los jóvenes en esta elección y lamentablemente eso no sucedió.