El sector de la industria textil ha sufrido severamente desde el inicio de la pandemia, específicamente en la Ciudad de México se han realizado múltiples cierres de almacenes dedicados a la venta de ropa, así lo comentó la modista independiente, Alma Padilla, quien platicó con 24 HORAS sobre el impacto que ha tenido el Covid-19 en su empleo.

Residente de la CDMX, Alma es costurera, modista, diseñadora y maquiladora desde hace 15 años, además es esposa y madre de familia de una niña de 10 años y un niño de 7 años. Estudio Confección industrial en ropa en el CECATI 90  y en el 128 Diseño de modas, además, acude constantemente a talleres nuevos para conocer las nuevas técnicas. Actualmente trabaja en su propio taller Creaciones Yuri-k.

“No cambiaría mi carrera porque me gusta crear arte a través de la tela, es impresionante ver que una tela puede ser algo fantástico, por eso me gusta diseño de modas”, esto a pesar de la difícil situación por la que esta atravesando la industria textil.

Y es que, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria del Vestido en México, la industria textil presentó una caída del 80% en 2020, esto en cuanto a las ventas en tiendas comerciales, provocado principalmente por el cierre de los establecimientos con giros no esenciales.

“La pandemia afectó muchísimo a mi trabajo, la primera vez que estuvimos en semáforo rojo estuve más de ocho meses sin trabajo, no tenía un ingreso en todo ese tiempo porque no había producción… mi proveedor ya no me mandaba a hacer ropa porque él tuvo que cerrar sus negocios, solo se quedó con una sede en Puebla y pues es muy poco el trabajo que llega a mandar”, comentó la modista de 35 años.

Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la producción de ropa se redujo 34.4 % en 2020 respecto del año anterior, además de que las ventas cayeron 31% por la pandemia, lo cual impactó en el número de personal dedicado a la confección de ropa, ya que según la Cámara Nacional de la Industria Textil se perdieron 70 mil empleos.

Respecto a esto, Alma platicó que “yo trabajaba para tres proveedores y ganaba bien, tenía tiempo para hacer las cosas con calma, recuperaba mi inversión en telas, hilos, etc. y además tenía una buena ganancia. Ahora solo recupero apenas la inversión del material y trabajo, y me siento más presionada porque me piden menos producción pero en menos tiempo.”

Al ver que la producción de ropa no está funcionando, Alma comenzó a fabricar cubrebocas de tela, bordados y sublimados. “Al principio funcionaba bien porque llamaba la atención ya que estaban bonitos, pero poco a poco fueron haciéndose más competitivos, por todos lados había y dejó de ser un buen negocio, si al principio los vendía en $50, tú podías verlos hasta en $15 y venderlos así ya no era sacar una ganancia.”

Debido a estas cifras y situaciones, la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex) espera que el gobierno de la Ciudad de México tome medidas necesarias para apoyar a este sector, por lo pronto ha pedido que paren las importaciones de prendas para que la producción mexicana pueda reponerse, sin embargo, aún no se ha obtenido respuesta por parte de las autoridades correspondientes.

 

PL