Esta situación del Covid-19 ha servido para muy poco. Ha dejado cientos de miles de muertes. Grandes sufrimientos y abundantes ingratitudes. Un recuerdo infausto. Pero, quizás, podamos extraer la pequeña pero no menospreciable lección de observar en aquello que está alrededor nuestro y que ya nos habíamos habituado a dejar de lado.
Cuando el Museo del Prado reabrió, muchos sintieron que España recuperaba parte de su latido, que se continuaba hacia adelante. Algunos (as) aprovecharon para entender que lo sencillo puede –o esmagnífico, algo así como pasear entre cuadros de Velázquez, Goya, El Greco, etcétera. El público redescubrió los cuadros que visitaba anteriormente, por los apresuramientos y las “urgencias” de la vida común y corriente. Recordó entonces las miradas de los bufones de Velázquez, la carnalidad de Rubens, la crueldad de Goya, la serena inspiración de Fra Angélico o la modernidad de El Greco, la grandiosidad de Tintoretto y Veronés, y se asombró nuevamente al cotejar estos dos autorretratos soberbios y magníficos, casi opuestos en técnica, pero sin intención que nos dejaron Durero y Tiziano. Muchos volvieron a pasear por los pasillos de la Galería Central como la primera vez, disfrutando atónitos de esta muestra de grandes “hits” de la pintura y claudicaron ante el enorme tesoro que supone disponer de una célebre pinacoteca como la Del Pardo allá en la Madre Patria, y poder disfrutar de una de las mayores colecciones de pintura que existen en el orbe siempre que lo desees (¿o no Juan Antonio Pérez Simón?).

CHANEL NO. 5 Y MARILYN MONROE

En 1921, Gabrielle Chanel (la hija de una lavandera y un tendero) ya se había convertido en un fenómeno con tiendas en París, Biarritz y Deauville. El olor a jabón de su infancia determinó que buscaba lo único olido hasta entonces (Y el libro del perfume, de Suskind ¿qué?): “Una mujer que huela a mujer”. Antes de que llegase la “revolución” Inditex a nuestras vidas, Chanel escucha a sus ricos clientes para venderles lo que demandan (¿Sería el caso de los millonarios Wertheimer o el promotor Alain Roche?). Los ricos y su mente abierta le dieron las pautas hacia dónde iría el mundo de lujo. Les escucha quejarse del olor espeso a pachuli (que muchos decían que llevaba mariguana pero no se comprobó) de sus amantes como un hedor desagradable pegado al cuerpo y si algo tiene Chanel es un desapego a las reglas sociales. Por ejemplo, al comienzo de la humanidad, muchas rameras olían a canela. Gabrielle Chanel tiene amantes, conduce su Rolls-Royce y usa los pantalones con la misma soltura que se libera del corset.

Cuando supo de la existencia de un perfumista atrevido como ella, que utilizaba aldehídos, cuerpos sintéticos extremadamente volátiles que usados con moderación le dan aire a las notas florales, para crear perfumes (tip para Luis Carlos Otero Pesado/Margarita Sekeiros), Gabrielle sabe que el perfumista es su hombre. El perfumista ruso Ernest Beaux y ella enseguida se ponen de acuerdo, tan solo le pide que use mucho jazmín de Grasse, la materia más lujosa de esa época.

¿A QUÉ HUELE?”

Chanel, allí dónde va, rocía con su perfume las estancias, los desfiles, los restaurantes a los que acude. La pregunta es la esperada: “¿A qué huele?”. Quizá su mayor lanzamiento llega en 1954, cuándo le preguntaron a Marilyn Monroe que se pone para dormir/u otros menesteres, la actriz norteamericana responde que “sólo unas gotas de Chanel No. 5”. También el envase ha sido un icono artístico. Andy Warhol, petulante y soberbio, no duda en una serie de nueve serigrafías, y el frasco reposa en el Museo de Arte de Nueva York. Este primer Chanel No. 5, lleva más de 80 componentes, no tan dominantes pero con una gran riqueza floral, reforzada por los volátiles aldehídos. Domina el iliang—iliang de Comores, el Neroli, los jazmines de Grasse, y la Rosa de Mayo, con notas amaderadas de sándalo, vainilla o Vetiver. De la 1ª creación de 1921, el perfumista Jacques Polge, que es contratado en 1979 por la Maison Chanel como nariz exclusiva de los perfumes de la casa, hace una reinterpretación del No. 5 en 1986 creando el Eau de Parfum. Finalmente, hablando de Cristóbal de Balenciaga, vivió otro de sus grandes momentos. Una amistad de años con Gabrielle se acabó al parecer por una declaraciones de ella. El maestro vasco (gran amigo de nuestra querida Rosario Creixell, ambos fallecidos) dio por rota aquella relación y la diseñadora le devolvió todos los regalos que se conservan en el imperio Balenciaga.

PETICIONES A LA CELEBRACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO

En enero del 2019, López Obrador leyó la misiva que le envió al rey Felipe de España en marzo del mismo año, exigiéndole la disculpa y enumerando la “la vulneración de los derechos individuales/colectivos” que cometió España contra el pueblo mexicano. El rey de España, Felipe VI convocó al Gobierno de México para aprovechar la celebración del bicentenario de su independencia para “realzar un pasado común” y reiteró su “determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos. En su mensaje durante el saludo al cuerpo diplomático acreditado en España, el monarca no hizo alusión alguna a la carta personal que el Presidente mexicano, AMLO, le envió, para que la Corona Española pida, “con humildad”, perdón a los pueblos originarios por los crímenes y abusos que se cometieron durante la Conquista y la Colonia. AMLO señaló que México no pide un resarcimiento del daño en pecuniario de los agravios que le fueron causados por España, ni tiene el propósito de proceder de manera legal ante los mismos. En cambio, señaló que “México desea que el Estado Español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca disculpas y resarcimientos políticos que convengan”. Del mismo modo, pidió a España ser parte de la reconciliación histórica para llevar una ceremonia conjunta para terminar las diferencias. En aquel entonces, quienes conquistaron espacios en un país que no era México (sino varios pueblos peleados entre sí) fueron los castellanos que llegaron a República Dominicana liderados por Cristóbal Colón. La pregunta sería: ¿todos los países que antes eran otras naciones le van a pedir disculpas a otros países de otras épocas? Es la historia de la Humanidad. En fin… Y hasta la próxima, ¡abur!

                                                                                                                                     @castillopesadoe