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Foto: Captura de Pantalla Svetlana y Yuriy Panteleenko es la pareja que convive con el oso, mismo que tiene una altura de más de dos metros  

Una pareja en Rusia adoptó a un oso como mascota y convive con ellos como si de un gato o perro se tratara, el enorme animal responde al nombre de Stepan y ya es un miembro de la familia.

Svetlana y Yuriy Panteleenko es la pareja que convive con el oso, mismo que tiene una altura de más de dos metros. Según el canal de YouTube que publica el video, este ejemplar está domesticado al grado en que se sienta por las tardes a ver la televisión con la familia, incluso ayuda a regar las plantas.

En las imágenes se puede observar al plantígrado jugar con la pareja, desde jugueteos cuerpo a cuerpo o con pelotas. Ellos lo alimentan, le cepillan y se sienta a mirar la televisión con ellos en el sofá.

La casa está caracterizada por figuras de osos y algunas fotografías de momentos que han vivido con Stepan, se observa también que puede convivir con otros animales, pues un perro aparece en el video.

Osos salvajes y qué hacer ante un ataque

 

De acuerdo con la fundación IO, acercarse demasiado a estos animales en estado salvaje puede ser una experiencia “aterradora”, y aunque catalogan los ataques de osos a personas como “raros”, advierten que un encuentro con estos animales puede ser potencialmente mortal.

La fundación recomienda:

  • Mantén la calma, no corras y no grites. Los osos rugen en caso de agresión y si gritas pueden entender que se les amenaza e intentar defenderse. ¡Nunca corras! Los osos pueden hacerlo a 50km/h, y si corres seguro que irá detrás. Los osos tampoco corren bien cuesta abajo, pero probablemente lo hacen mejor que tú.
  • En caso de que tuvieras que correr que sea para meterte en un refugio cercano (cabaña, coche …)
  • Si no tienes más remedio que correr, puedes tirarle algo de ropa o la mochila, puede hacer que se pare.
  • Subirse a un árbol tampoco es una gran idea, los osos trepan muy bien.

FRANCISCO VERA, EL ACTIVISTA MEDIOAMBIENTAL DE 11 AÑOS DENUNCIA QUE RECIBIÓ AMENAZAS DE MUERTE