Este Greco, de principios del XVII, merodeador de obras maestras, resultó un transgresor notable, un sedicioso, un inconformista. En una pintura con tendencia a inventariar espacios sólidos; él los desprecia y los reconquista pero desde otro parámetro. Exactamente con esa multitud que representan las figuras oblongas, como espiritadas de mística y devoción, que durante centurias se despreció para después renacer como epítome de la modernidad. El Greco es un pintor de cintura propia, sin reflejos o ademanes de otros. Es un un artista singular pleno de rotundidad, amartillado en un estilo con firma y sin adeudamientos. Detrás habían quedado sus aprendizajes cretenses y venecianos, ese esplendor de color que resultó el Renacimiento del siglo XVI en la Serenissima Signoria, y avanzaba un artista con autoridad y voluntad estilística, cimentado en una estética que asentaba su nombre entre los grandes creadores y hablaba de su originalidad y también de sus varias originalidades. El Museo del Prado exhibe las pinturas que se conservan en la iglesia del Hospital de la Caridad. El Greco dio pruebas en el pasado de versatilidad. También manifiesta capacidad para adaptarse a diferentes idiosincrasias. En aquellos tiempos, ya colmado de madurez, supo amoldarse de nuevo a su entorno, que entonces era Castilla. Lo que resumen los cuadros del artista es devoción religiosa, muy apegada a la Contrarreforma y que pudo dosificar, o sublimar, con su talento. Este Greco que llega al Prado no tiene nada que ver con La Mona Lisa que luego señalaron que existían dos copias iguales. Y lo mismo –o casi– le sucedió a Fernando Botero (el pintor/retratista/más nunca caricaturista) que copió él mismo uno de sus cuadros con diferencias mínimas de centímetros. No me acuerdo si la persona que lo compró ¿lo demando o no? Botero tiene sentido del humor.

El Museo Kaluz abrió con obras de Rivera y David Alfaro Siqueiros

Después de varios años de esfuerzo y de una colaboración intensa de grandes equipos, estamos listos para abrir al público el Museo Kaluz, un espacio que ha sido creado para enriquecer las oportunidades de contacto con el patrimonio artístico mexicano”, comentó Antonio del Valle Ruiz, fundador del Museo Kaluz. El Museo abrió sus puertas el pasado 22 de octubre con la Exposición México y los mexicanos en la colección Kaluz, esta colección incluye obras de artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco, José María Velasco y David Alfaro Siqueiros (los 4 grandes muralistas). El museo se encuentra ubicado en el histórico antiguo Hotel de Cortés (que comida y veladas disfrutamos allí). Durante la reapertura del recinto recién remodelado, se develó el mural Jardín urbano, de Vicente Rojo. El talento de las pintoras mexicanas queda también representado a través de las obras de María Izquierdo, Angelina Beloff, Rosario Cabrera, Fanny Rabel, las hermanas Josefa y Juliana San Román; Dordelia Urueta, Manuela Ballester y Concha Toussaint, por mencionar algunas. Y al recorrer la muestra se pueden observar y apreciar otros géneros: paisaje, retrato de pintura de costumbres, naturaleza muerta, etc. En cuanto a firmas destacadas, también se encuentran Pelegrín Clavé, Joaquiín Clausell, Gerardo Murillo, “Dr. Atl”, Raúl Anguiano y Ángel Zárraga. Además, Francisco Pérez de Salazar fue el arquitecto que junto con un grupo de expertos, y de la mano del Instituto Nacional de Antropología e Historia, se encargaron de la intervención y transformación arquitectónica para dotar al antiguo edificio de las instalaciones adecuadas.

Personalidades chez Luis Gálvez

En la última visita que realicé en Les Moustaches, durante el Festival del Filete, me encontré con Silvia Lemus, viuda del novelista y escritor mexicano Carlos Fuentes. A Silvia la conocí en 1968 cuando trabajaba en publicidad con Jaime Muñoz de Baena. Silvia, española de origen, periodista y presentadora de televisión ha trabajado en programas como Tratos y Retratos. Ella es muy unida a nuestro país y ha sido conocida por promocionar su país en el extranjero, primero como embajadora de México en Francia y luego en los Estados Unidos. Pero también me encontré en el feudo de Luis Gálvez (nos ofreció filete Wellington, Filete a la Pimienta Negra y Ensalada de Roast Beef; otros prefirieron ensalada César y Pollo Kiev) a mi amigo Héctor Vasconcelos, y en la mesa de Luis a Claudia Iriarte, Monsieur Collado, oriundo de España; Alberto Velasco, ECP y a otras personalidades.

Y hasta el próximo jueves, ¡abur!

                                                                                                   @castillopesadoe