FOTO: PIXABAY La ONU indicó que más de 550 mil niños están siendo afectados cada mes por lo que se le llama “marasmo”, el cual es un estado de desnutrición severo  

Tras el brote de Coronavirus que ha azotado al mundo entero, la ONU alertó que debido al virus, morirán de hambre al menos 10 mil niños más al mes debido a que las granjas han quedado aisladas de los mercados y dejaron de recibir ayuda alimentaria y médica.

La ONU indicó que más de 550 mil niños están siendo afectados cada mes por lo que se le llama “marasmo”, el cual es un estado de desnutrición que se percibe como una hinchazón severa en el vientre y la severa delgadez en las extremidades.

En un año, esto representaría un incremento de hasta 6.7 millones en comparación con el total que se registró el año pasado de 47 millones.

Cabe resaltar, que tanto el marasmo como la delgadez extrema pueden dañar de forma permanente física y mentalmente a los menores.

“Los efectos de la crisis del COVID en la seguridad alimentaria van a verse reflejados muchos años después”, dijo el doctor Francesco Branca, director de nutrición de la Organización Mundial de la Salud. “Va a haber un efecto a nivel sociedad”.

Ahora más que nunca, las familias en pobreza de Latinoamérica, sur de Asia y África subsahariana se encuentran ante un futuro incierto, pues se prevé la falta de alimentos.

El director del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley advirtió en abril, que la economía que es constantemente afectada por el Covid-19 provocaría hambrunas a nivel global en este año.

Según el experto, se declara hambruna global cuando al menos el 30% de la población presenta marasmo.

El Programa Mundial de Alimentos dijo en febrero que en Venezuela, uno de cada tres ciudadanos ya pasaba hambre, debido a que los salarios perdieron casi todo su valor monetario por la inflación.

Los directores de cuatro agencias internacionales, la Organización Mundial de la Salud, el UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización para la Alimentación y la Agricultura, solicitaron al menos 2 mil 400 millones de dólares de forma inmediata para contrarrestar el hambre en el mundo, pero además, de la falta de dinero, también flexibilizar las restricciones de movimiento para llegar a los más necesitados; así como brindarles atención médica.

“Al cerrar las escuelas, al interrumpir los servicios básicos de atención a la salud, al tener programas de nutrición disfuncionales, también estamos generando un daño”, afirmó Víctor Aguayo, jefe del programa de nutrición del UNICEF.

Con información de Noticieros Televisa.