Con una peluca rubia, maquillaje brillante y unas gigantescas pestañas, Yan Anyu, un joven tímido durante el día, se transforma por la noche en diva en una sala de Shanghái reservada a travestis.

Esa noche, ante un público entregado, el chico de 18 años luce un vestido de lentejuelas y, mientras se contornea, simula cantar la famosa canción de Last Dance de Donna Summer.

Yan Anyu, cuyo nombre artístico es “Miss Crema”, hizo sus primeros pinitos como drag queen en línea, en la aplicación de videos cortos Douyin (la versión china de TikTok), donde tiene 140 mil seguidores.

“Cuando estoy vestido de hombre, no tengo confianza en mí”, explica, con los ojos maquillados.

Pero en la piel de “Miss Crema”, se transforma en una mujer “segura de sí misma, elegante y seductora. Una auténtica reina”.

Las temáticas LGTBI+ suelen ser censuradas en China, en las películas y en la televisión, donde predominan los hábitos conservadores.

Existe, sin embargo, una cierta tolerancia en las grandes metrópolis, como Shanghái (este), donde los espectáculos de travestis han ido ganando terreno en estos últimos años.

Pese a la presión familiar, Yan Anyu decidió hacer lo que le gustaba y prosiguió su aventura en un bar LGTB de la capital económica china, a unos 1.000 km de su ciudad natal, en la provincia de Hebei (norte).

“Mi entorno han acabado aceptando” mi identidad de travesti, asegura a la AFP, aunque admite que no ha comunicado formalmente su homosexualidad a sus padres.

“Una forma de resistir”

El señor “R”, dueño de un bar gay que no quiere revelar su verdadero nombre, fue uno de los primeros en organizar un concurso de drag queens en Shanghái.

El concepto no es nuevo en China, donde durante siglos los hombres se han vestido de mujeres para interpretar papeles femeninos en el escenario, como sucede en la ópera de Pekín.

En 2013, durante la primera edición, sólo se presentaron cuatro participantes. En aquel momento, las drag queens se consideraban “poco refinadas” en China, según el señor “R”.

Pero desde entonces, las cosas han cambiado, según él, hasta el punto que su establecimiento organiza ahora eventos cada semana.

Hoy en día, “gente más dispar viene a ver los espectáculos, aprecian a las drag queens y las acepta”, asegura.

Pero “hay mucha discriminación contra los afeminados”, advierte no obstante Lu Jianxiong, que actúa de travesti en papeles cómicos.

“Actuar como drag queen es una forma de resistir (…) es hacerle un corte de manga a la sociedad”, dice.

LEG