La Asamblea Mundial de la Salud inicia hoy, pero en un formato abreviado de un par de días, en lugar de cinco, y en videoconferencias, con el tema del nuevo coronavirus en el centro.

Se trata de la reunión 73, donde delegados de los 194 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debaten desde temas administrativos hasta los asuntos centrales de la salud mundial, que este año se concentran en la pandemia por el nuevo coronavirus.

De acuerdo con la agenda, para la reunión se espera un mensaje de su director general sobre la respuesta que se ha dado a la pandemia, así como el posicionamiento de los delegados.

Al terminar esta ronda, los trabajos no serán clausurados, sino suspendidos para tratar de reabrir la agenda en algún momento del resto de este año y si la pandemia lo permite.

Pero el tema que podría desbordar la discusión es la exigencia de Estados Unidos para que este organismo, con sede en Ginebra, investigue el papel de China en el origen y expansión de la nueva cepa de coronavirus, cuya existencia reportó a fines de diciembre pasado a la OMS.

Estados Unidos ha acusado que el SARS-CoV-2, responsable de la Covid-19, fue creado en un laboratorio de la central ciudad china de Wuhan, y que Beijing se demoró en avisar de su existencia, lo cual impidió aplicar a tiempo las medidas de contención.

Como forma de presión, el presidente estadounidense Donald Trump anunció el pasado 14 de abril la suspensión de los fondos que otorga al organismo por su mal manejo de la pandemia y luego demandó que investigue el papel de China en la expansión de los contagios.

Empero, la posición de Washington no puede entenderse fuera del enfrentamiento que sostiene con Beijing, el cual desde fines de 2018 le llevó a iniciar una guerra comercial que para el último trimestre de 2019 había derrumbado las expectativas de crecimiento económico del mundo.

Ahora, por la pandemia, esas previsiones se han tornado negativas y el mundo apenas espera la recuperación económica para 2021.

LEG