El gobierno de unión israelí liderado por Benjamín Netanyahu y Benny Gantz asumió finalmente ayer, tras recibir el voto de confianza del Parlamento, y puso fin a 500 días de crisis, luego de tres elecciones sin vencedor.

Pero el panorama del nuevo Ejecutivo no será fácil de gestionar, con una economía gravemente perjudicada por la crisis del nuevo coronavirus y un proyecto de anexión de franjas de territorio de Cisjordania ocupada. El jueves, cuando todo estaba listo, incluidos los testigos, los ahora aliados no se presentaron a la ceremonia prevista en el congreso. La razón: desavenencias en el campo de “Bibi”, como se le conoce al actual primer ministro Netanyahu. La ceremonia fue aplazada para que el campo del aún mandatario pudiera repartirse las carteras.

Su acuerdo de unión prevé un reparto equitativo de las carteras entre ambos campos y mantener en el cargo a Netanyahu, cuyo juicio por corrupción comenzará en mayo.

El 17 de noviembre de 2021, Benny Gantz asumirá como primer ministro.

 

Lo mismo en Afghanistán

El presidente afgano, Ashraf Ghani, y su rival Abdulá Abdulá firmaron ayer un acuerdo para compartir el poder, tras meses de una disputa que sumió al país en una crisis política y retrasó las inéditas negociaciones de paz con los talibanes.

LEG