Foto: Para las 3 de la tarde del miércoles le llaman de nuevo "Venga rápido". A la una de la madrugada llega al Necker para decirles que Julie había muerto. "En una hora"  

El Covid-19 ha provocado en Francia 1695 muertes anónimas entre ellas la de Julie, una joven que inexplicablemente murió a los 16 años sin patologías previas, ella se convierte en la chica más precoz de la epidemia. Falleció en el Hospital Necker de París, luego de enfermar en su domicilio.

 

“Sólo tenía un poco de tos hace una semana”, declaró su madre Sabine.

 

Por su parte, el director general de la Salud, Jérôme Salomon, sólo pudo detectar una generalidad al informar el jueves por la noche de su muerte en el balance diario: “Las formas severas en los pacientes jóvenes son extremadamente raras. Ocurren de tiempo en tiempo por razones múltiples”.

 

Sabine dijo sentirse “con el corazón roto entre perder el sentido de la vida y la obligación de seguir adelante”. Según contó, “Julie tuvo un poco de tos la semana pasada”. Le administró un jarabe, hierbas e inhalaciones. El sábado tenía algunas dificultades para respirar, sin embargo, todo parecía indicar que no era nada grave, luego presentó flemas y tos y tres días después tuvo que llevar a su hija Julie al médico de medicina general.

 

Al ingresar le colocaron a Julie una mascarilla con oxígeno y la trasladaron al hospital de Longjumeau, el más cercano, tras indicaciones la madre se va a casa, luego llama por la tarde al hospital le informan de que le han hecho un scanner y el test del Covid-19 y reafirman que no es “Nada grave”, sin embargo, por la noche, la pequeña sufre de insuficiencia respiratoria y es trasladada al Hospital Necker de París.

 

 

Sabine la visitó el martes y observó a su hija con ansiedad. “Habla, pero se cansa”. En el Necker le han hecho dos test que han salido negativos. “Le abren la puerta de la habitación, las enfermeras se quitan la blusa de protección y el médico levanta el pulgar para decirme que la cosa va bien”, se despide de la joven y regresa a casa.

 

Por la noche llegan los resultados del primer test, informando que es positivo. “Uno no se lo cree. Se dice que se han equivocado. ¿Por qué llegan tan tarde estos resultados?”. Para las 3 de la tarde del miércoles le llaman de nuevo “Venga rápido”. A la una de la madrugada llega al Necker para decirles que Julie había muerto. “En una hora”. “Estaba ya gris”, agregó a medios locales.

 

“Sus pulmones no han aguantado. Los médicos han hecho todo lo que han podido para despertarla pero no ha servido para nada”, ha declarado a Le Parisien. “Hay que dejar de creer que esto sólo toca a lo mayores. Nadie es invencible frente a este virus mutante”.

 

La madre ha declarado que su hija fallecida no tenía ninguna enfermedad previa relevante y ningún factor de comorbidad.

 

En medio de la trágica escena la familia de Julie logró quedarse con la pulsera y la cadena del bautizo. Todo lo demás debía ser incinerado.

 

Mientras que en el funeral las normas vigentes en Francia imponen un máximo de 10 personas “Habrá que escoger quien va” dijo su hermana Manon.

 

MGL