Que siempre sí regresa el avión presidencial, que ya lo pensaron bien y alguien en el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador sacó la calculadora para darse cuenta que México está gastando más en su almacenamiento en el extranjero, que regresarlo al hangar que fue hecho a su medida y, ahora hasta pretenden rifarlo a través de boletos de lotería.

 

Después de 13 meses de permanecer en un almacén de California, donde supuestamente sería vendido, el Presidente anunció que ante la falta de compradores el avión regresará a nuestro país, claro luego de pagar al menos 34 millones de pesos por tenerlo guardado y empolvado.

 

Desde su compra, el avión José María Morelos fue controvertido, pues quien lo adquirió (Felipe Calderón) nunca lo usó, el único que lo aprovechó con todo y sus lujos fue Enrique Peña Nieto, su gabinete y su familia, muy caros nos salieron sus traslados, pues el precio final de la aeronave fue de 218 millones de dólares, cuyo costo actual por la depreciación se estima en 130 millones de dólares.

 

El avión no será usado por el Presidente, es poco probable que se venda y entre las opciones que tiene el gobierno está rifarlo en la Lotería, venderlo por partes o intercambiarlo con Estados Unidos por equipo médico; lo que no ha dicho López Obrador es que si te ganas el avión en la rifa tienes que pagar 69 millones de impuesto; además se le olvidó el pequeño detalle de que no existe factura de la aeronave, pues todavía no se termina de pagar.

 

Mientras tanto, lo que sigue por las nubes es el desorden en el sector salud, y ni con el distractor del avión podemos dejar de hablar del tema, pues ante la falta de reglas de operación aunado a la ineptitud de algunos altos funcionarios, el nuevo Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no ha podido cubrir la demanda que tenía el desaparecido Seguro Popular.

 

Entre las fallas e ineficiencias, son los pacientes de sectores más vulnerables los que sufren las consecuencias de enfermarse al no recibir la atención médica o medicamentos requeridos; porque los que sí pueden, se van a Houston a tener a sus hijos.