Adrian Trejo

Seis ex secretarios de Salud publicaron, el 5 de agosto pasado, una carta en la que fundamentaban su oposición a la desaparición del Seguro Popular.

En la misiva, los ex funcionarios explicaban el por qué no debía desaparecer el Seguro Popular sino corregir sus deficiencias, pero no los tomaron en cuenta.

Así que ahora, ante el desorden provocado por la creación del Insabi y el desencanto de la población más pobre, los ex secretarios Guillermo Soberón, Julio Frenk Mora, Salomón Chertorivski, Mercedes Juan López y José Narro Robles,  pueden decir con razón “se los advertimos’’.

El caos sigue reinando en esta etapa de transición del Seguro Popular al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi)

El presidente López Obrador insiste en que no se cobrará la atención de tercer nivel pero sí se está cobrando la cuota de recuperación que siempre se ha pagado.

Lo que ha generado las protestas es que, por ejemplo, en el Hospital General de la Ciudad de México, su directora reconoció que sí aumentaron las cuotas de recuperación.

La funcionaria explicó que desde marzo pasado solicitaron a la Secretaría de Hacienda la actualización de las cuotas de recuperación.

La dependencia le envió un oficio el 30 de diciembre pasado con las nuevas cuotas de recuperación aplicables a partir del 2 de enero de este año.

Es decir, no fue una decisión del hospital -o los hospitales- sino de la Secretaría de Hacienda.

¿Por qué entonces la Secretaría de Salud en el boletín 006 del siete de este mes asegura que las cuotas de recuperación no se han aumentado?

“Como parte de los acuerdos en las juntas de Gobierno de los institutos y hospitales que coordina la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, no se han incrementado los tabuladores de cuotas de recuperación para el ejercicio fiscal 2020’’, dice textual el boletín.

El caos que ha generado que miles de enfermos no sepan a dónde acudir y también miles de trabajadores del sector salud tampoco sepan qué hacer, porque hasta este momento no hay claridad sobre las nuevas reglas del Insabi.

Lo que preocupa es el estado de la Comunicación entre las dependencias federales y el propio Presidente que sostiene que las cuotas de recuperación no se han aumentado.

Que vea el caso del Hospital General en la CDMX.

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Estuvo fuerte la pedrada que el fiscal Alejandro Gertz Manero les aventó a dos o tres funcionarios públicos, los más famosos por ser encargados de la impartición de justicia.

La denuncia debió calar fuerte pues hasta el propio presidente López Obrador dijo en su homilía mañanera que buscará conciliar entre la Fiscalía y la Unidad de Inteligencia Financiera, que encabeza Santiago Nieto, para evitar violaciones al debido proceso.

“Todo lo que hace Nieto me lo consulta antes’’, aclaró el Presidente, por lo que se entiende que las filtraciones atribuidas al titular de UIF no son de mutuo propio sino que recibieron la bendición presidencial, lo cual las hace más cuestinables.

Por lo pronto Gertz le puso el cascabel al gato.

A ver qué resulta del experimento.

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La foto de Gerardo Fernández Noroña saliendo de la regadera fue un distractor -de pésimo gusto-, que logró su cometido: que se hablara más de su panza que de las deficiencias en el sistema de salud pública.

Al menos por un día.

Ya se la aprendieron.