¿Si la intención de nombrar a cinco agregados laborales en su embajada en México es “90% inofensiva’’, por qué está tan preocupado el subsecretario Jesús Seade?

El viernes pasado, cuando se informó que el Gobierno de Estados Unidos pretendía incluir una Ley de Implementación del T-MEC en la que contempla la contratación de cinco “agregados laborales’’, Seade no sólo se mostró sorprendido sino molesto.

Pero ayer desde su cuenta en Twitter aseguró que la propuesta de los agregados laborales, ahora en manos del Congreso de EU, es “90% inofensivo’’ y que se trata de un recurso del Gobierno para “vender internamente’’ el tratado comercial.

En el addendum que se firmó con Estados Unidos y Canadá, el martes pasado, se acordó, efectivamente, el establecimiento de paneles para dirimir controversias en materia laboral.

Lo que no hizo el Gobierno mexicano fue cerrar las puertas para que Estados Unidos no tuvieran opción de presionar por medio de una ley interna y totalmente unilateral.

Estados Unidos certificó a México, por años, su política de combate al narcotráfico.

De su aprobación dependía una calificación -y recursos-, que afectaba no solo el tema de seguridad sino el financiamiento y castigaba -o premiaba-, el cumplimiento de las reglas dictadas desde Washington.

Donald Trump impuso a México una especie de certificación de la política migratoria; amenazó con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si no se frenaba la migración a su país.

México cumplió también con esa certificación unilateral.

Trump quiso imponer nuevamente la certificación a la política de seguridad con la amenaza de declarar terroristas a los grupos cárteles mexicanos de la droga; no lo hizo, por el momento, gracias a las concesiones que hizo México en el agregado al acuerdo comercial.

Y ahora pretende imponer una certificación laboral, presionado por los demócratas y sus aliados de la AFL-CIO, la central obrera más grande de ese país.

¿Madrugó Trump a México?

Completamente y, aunque Seade diga no que los agregados laborales son “90% inofensivos’’, mientras la iniciativa no desaparezca del documento que dictaminará el Congreso estadounidense, tendremos encima la amenaza de la tercera certificación.

O es eso, o a portarse bien.

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Se realizó la famosa consulta en los estados peninsulares del sur para conocer la opinión de sus habitantes sobre la construcción del Tren Maya.

Como en todas esas consultas, la afluencia fue mínima considerando el padrón que podría votar.

Aún sin conocer el conteo final, los encargados de las casillas adelantaron que la mayoría votaría por el sí.

¿Cuántos?

No importa, con diez que hayan acudido a decir que sí le basta al Gobierno de López Obrador para justificar una obra en la que peligra la flora y fauna del lugar y que cuya proyección financiera augura un mal negocio.

Pero ha sido decisión del pueblo bueno y sabio.

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México Libre, la organización que promueve la expareja presidencial de Felipe Calderón y Margarita Zavala, realizó su asamblea distrital número 200, requisito para  solicitar su registro como partido político.

Perooooo, sólo tiene 170,000 de los 233,945 afiliados que debe tener de esta fecha a enero.

La gran pregunta es si les alcanzará el tiempo y cuánto les afectará la campaña en contra derivada del apresamiento de Genaro García Luna.

Ya casi…pero…