Alfredo Rojas Díaz-Durán, quien ha sido nominado en tres ocasiones por Organizaciones No Gubernamentales europeas al Premio Nobel de la Paz busca la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

El aspirante, convocado por ocho Gobiernos extranjeros para promover la paz y los derechos humanos, es el único latinoamericano facultado, en medio de la guerra de Irak, a negociar un Tratado de paz ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Vaticano.

Respecto al proceso de renovación en la CNDH, consideró que el Senado de la República tiene este martes la oportunidad de ofrecer un cambio y concluir la era de la continuidad, para lo cual, “se requiere un nuevo portavoz que nunca haya guardado silencio y haya sido omiso ante crímenes de lesa humanidad”.

Alfredo, quien además es hermano de Alejandro Rojas Díaz-Durán (aspirante a la dirigencia nacional de Morena), reconoció que ha trabajado con todos los partidos políticos, por lo que con él se terminaría el favoritismo y amiguismo.

No obstante, refirió que el presidente Andrés Manuel López Obrador “no busca un títere ni apadrinados, lo que quiere es que el Senado elija libremente a un verdadero rostro humanitario,que siempre haya luchado contra las injusticias sin temor alguno y al lado del pueblo, y ese perfil lo cubro perfectamente. No hay más”, enfatizó el candidato.

En este contexto, Izcalot Flores, aspirante a la presidencia de la CNDH que declinó por Rojas, argumentó que “éste es el único con una trayectoria intachable de 35 años en defensa del pueblo, con evidencias claras. No es un improvisado ni buscó padrino para competir. Es lo que se requiere. Uno (candidato) que valga por sí mismo no por un padrinazgo”, señaló.

LEG