La partida de José José ha traído innumerables reacciones, infinidad de amigos dándole el último adiós y otros que no lo conocieron tanto, sumándose a la triste despedida de un cantante que marcó toda una época en la música en español.

Han hecho un recuento tras otro de su vida, transmisiones prolongadas de gente que trabajó con el Príncipe de la Canción, que interpretó alguno de sus éxitos o que convivió con él a lo largo de su carrera.

Su vida es de las más conocidas, así como sus logros, éxitos y fracasos.

A mí lo que me conmueve y llama la atención, es la última etapa de su existencia: le dio cáncer de páncreas y se atendió en México, en el Hospital de Nutrición, dejó Miami para venir a su país y estar con su otra familia.

En esa ciudad de Estados Unidos se quedaron Sara, su mujer, y su hija Sarita y acá lo atendieron su asistente Laura Núñez y sus hijos Marysol y José Joel. Incluso pudieron acercarse a él y limar asperezas.

Todo iba bien, hasta que vino Sarita de Miami y se lo llevó intempestivamente, haciéndole firmar papeles, lo presentó ante el notario y con sus abogados para que José José le diera una carta poder donde autorizaba su traslado, aún cuando no estaba en muy buenas condiciones.

La joven se apresuró para obtener también un poder notarial y así representar a su padre en cualquier tipo de situación legal.
Una vez que llegó a Miami, no se volvió a saber nada de el cantante.

Sarita lo aisló por completo y así lo mantuvo hasta los últimos días, no se sabe si lo trató y cuidó adecuadamente, nadie pudo saludarlo, hablar con él o tan siquiera verlo.

La hija de José José actuó con maldad y no permitió que sus hermanos lo vieran o hablaran con él.

Todos suponemos que fue por interés económico, para ser la dueña y señora de las regalías o de todo lo que tuviera su padre, pero lo mantuvo en secreto y aunque Marysol y José Joel procedieron legalmente hace unos días, ya no hubo tiempo y José José se fue.

Nadie sabe si vivió feliz sus últimos días o si sufrió al estar encerrado; lo cierto es que la historia de un ídolo se terminó rodeada de dolor e incertidumbre.

José Joel, Marysol y Laura Núñez viajaron a Miami para velar a José José y con tristeza se dieron cuenta que no les informaron nada y no supieron donde estaba su cuerpo; tan sólo recibieron una llamada de Sarita diciendo que su padre había fallecido, pero no les dio mayores datos.

José Joel no entiende porqué tuvieron que vivir esto, no querían dinero, ni la herencia, sólo cercanía y Sarita lo impidió a toda costa.
El domingo también falleció la querida Beatriz Aguirre a los 94 años, quien fuera una primera actriz de la Época de Oro del cine mexicano, donde trabajó con Jorge Negrete y Pedro Infante.

La actriz vivía desde hace tiempo en Los Ángeles, California, en Estados Unidos le sobreviven sus hijos Fabiola y Carlos Stevenson.

En marzo todavía le alcanzaron a hacer un gran festejo a Beatriz por su cumpleaños. Descanse en paz.

Hay más…, pero hasta ahí les cuento.