Los tradicionales “boleros” y reparadores de calzado enfrentan una difícil situación en Ecatepec, Estado de México, pues cada vez menos personas se interesan por el cuidado de sus zapatos, ante la entrada de piezas desechables chinas.
En una entrevista, Margarito Cortés, de 70 años, 50 de ellos dedicados a la reparación de zapatos, botas y botines, indicó que el calzado desechable de importación les ha bajado hasta un 70 por ciento el número de clientes, que buscan alargar el uso de las suelas.
“Hemos recibido apoyos gubernamentales para estar en plazas públicas y avenidas, pero vemos pasar un mar de gente, y nadie se detiene para solicitar nuestros servicios; la gente ya se acostumbró a los artículos desechables que son más baratos que cualquier calzado de piel hecho en México”, añadió.
Expuso que hoy los jóvenes prefieren el uso del calzado deportivo o tenis que un buen par de zapatos, ya que “sólo las personas mayores asisten al taller y, quienes pretenden reparar tenis, al saber el costo de reparación lo dejan, no por caro, sino porque es más fácil que se compren otros nuevos”.
El hombre, originario de San Pedro Xalostoc, y que conserva un pequeño taller cercano a la explanada del Palacio Municipal de Ecatepec, recordó que hace tres décadas lograba tener tanta clientela, que tenía tres asistentes para sacar el trabajo.
“Nos quedábamos a velar porque la gente apreciaba su calzado, y nos dejaba tanto trabajo que el taller creció, pero la entrada de calzado sintético de importación acabó con nuestro oficio, hoy atiendo yo sólo un pequeño espacio donde al día tengo de uno a cinco clientes, cuando llegue a tener hasta 30 trabajos de reparación al día”, señaló.
El especialista en embellecer los zapatos, consideró que mientras no se apoye a la industria nacional de calzado y se limite la entrada de productos chinos, “los talleres de reparación cada vez serán menos, hasta desaparecer”.
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