Foto: Reuters/ Archivo La posición menos agresiva de la Casa Blanca ayudaba a sostener al dólar, que cotizaba en 97.619 unidades contra una cesta de monedas rivales a las 1150 GMT  

El dólar operaba estable el miércoles y el yuan volvía a caer en el mercado internacional, luego de que la calma retornó de forma transitoria a los mercados cambiarios por una retórica más moderada sobre la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China.

* Sin embargo, los inversores seguían cautos y mantenían una elevada demanda por monedas de refugio como el yen, que se apreciaba un 0.2%, a 106.27 unidades por dólar, aunque aún estaba lejos de los niveles máximos alcanzados el lunes, cuando el pánico asedió a los mercados.

* El presidente de EU, Donald Trump, minimizó el martes la preocupación por la larga guerra comercial con China, luego de que Pekín advirtiera que la decisión de Washington de señalarlo como un manipulador de monedas llevará al caos a los sistemas financieros.

* La posición menos agresiva de la Casa Blanca ayudaba a sostener al dólar, que cotizaba en 97.619 unidades contra una cesta de monedas rivales a las 1150 GMT, casi sin cambios respecto a la sesión previa.

* En tanto, el yuan extendía su descenso por segundo día consecutivo en las operaciones “offshore” y cedía un 0.3%, a 7.074 unidades por dólar, por encima aún del piso tocado el lunes cuando Pekín remeció a los mercados al fijar un rango menor para la cotización de su divisa.

* El euro caía ligeramente ante el dólar, a 1.185 dólares, presionado por datos decepcionantes sobre la producción industrial de Alemania. La libra esterlina se debilitaba un 0.2%, a 1.2154 dólares.

* Entre las divisas de economías emergentes, el dólar neozelandés sufrió una depreciación importante luego de que el banco central del país sorprendió con una baja abrupta de sus tasas de interés e indicó que era posible que los costos del crédito entraran en terreno negativo.

* Aunque los bancos centrales del mundo se están inclinando cada vez más por políticas ultraexpansivas en los últimos meses, en un intento por revivir el crecimiento y la inflación, el alcance de la medida de la Reserva Federal de Nueva Zelanda puso en guardia a los mercados financieros.

 

 

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