Justo hoy se cumple la mitad del plazo de 90 días que concedió el gobierno de Donald Trump al mexicano para modificar su política migratoria so pena de imponer aranceles a las exportaciones nacionales.
Ayer hubo una primera evaluación de este cambio.
Para ello vino a México el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien se reunió con el canciller Marcelo Ebrard, negociador del acuerdo con Estados Unidos.
Y, según la veintena de reconocimientos públicos que ha hecho Trump al Gobierno de México y la dramática caída en las detenciones de los agentes de inmigración estadounidense a partir del endurecimiento de nuestra política migratoria, seguro que Ebrard logró un estrellita en la frente.
El Gobierno mexicano ha cambiado drásticamente su política migratoria; del extremo a dejar pasar a todos, ofrecerles trabajo, servicios de salud y casa, al otro extremo de detenerlos y enviarlos directamente a una estación migratoria para su extradición.
El ejemplo que sería nuestro país en materia migratoria para el mundo pasó a ser una caricatura, mala por cierto, en la que ahora somos más racistas y xenofóbicos que Trump.
La imagen de país se ha ensuciado por hacerle ese trabajo al Gobierno estadounidense.
¿Había otras posibilidades de que México saliera mejor librado ante el amago de los aranceles trumpianos?
Los expertos en comercio internacional dicen que sí, que había que aplicar medidas espejo, pero Ebrard decidió por el tema migratorio.
¿Qué supo Ebrard que no sabemos todos que le obligó a tomar ese acuerdo en lugar de las medidas espejo?
Algún día lo sabremos.
Ahora a disfrutar la estrellita en la frente.
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Más de 100 intelectuales, académicos y editorialistas publicaron una carta dirigida a López Obrador en la que rechazan la “inaceptable agresión de su gobierno a la Comisión Nacional de Derechos Humanos’’.
La carta es bastante dura en sus señalamientos no sólo en contra del Presidente, sino de la subsecretaria de Desarrollo Rural y Humano de la Secretaría de Bienestar, Ariadna Montiel Rojas, quien calificó como “aberrante’’ la recomendación 29/2019 de la CNDH, mediante la cual el organismo pide devolver el dinero para las estancias infantiles que este año les fue quitado.
Entre los firmantes del escrito se encuentran Alejandro Martí, Jorge Castañeda, Federico Reyes Heroles, Gabriel Said, José Sarukhán, quienes condenan los ataques que desde la conferencia mañanera el propio López Obrador lanza contra la CNDH, específicamente contra la recomendación sobre estancias infantiles a la que sin más ni argumentos que su opinión calificó de “una vergüenza’’.
Hacen falta más voces que se sumen a la defensa de los organismo autónomos, bajo fuego en esta administración.
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El secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, designó el fin de semana pasado a Marcos Bucio Mújica, subsecretario de Educación Básica en lugar de Gilberto Guevara Niebla.
El ahora ex subsecretario atraviesa por problemas de salud, y a partir de hoy será el coordinador de Estrategia Institucional de la dependencia encargado de instrumentar el Acuerdo Nacional Educativo.
Bucio Mújica fue el vocero y después secretario particular de Francisco Labastida durante la campaña presidencial de 2000; fue oficial mayor de la ex Sagarpa, cónsul en El Paso y director general del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA).
Ahora será el responsable de aplicar las leyes secundarias de la reforma educativa de la 4T, que comenzarán a discutirse esta semana en la Cámara de Diputados.
Suerte.