Marcelo Ebrard regresará de Washington con una estrellita en la frente.
No solo logró convencer a los Mikes –Pence y Pompeo- de que México está cumpliendo el acuerdo para frenar la migración sino que de pasó jugó para la tribuna en nuestro país.
Ebrard rechazó la “sugerencia’’ de firmar un acuerdo para que México sea tercer país seguro.
De acuerdo con el canciller mexicano, el gobierno ha cumplido con 90% de la meta fijada para frenar la migración, lo que de suyo da cuenta del endurecimiento de la política migratoria.
No hubo reiteración de la amenaza sobre nuevos aranceles ni otro amago por el estilo, lo cual significa que México pasó la prueba y ahora, aunque los organismos internacionales condenen la política migratoria nacional, al gobierno le vale porque estamos bien con los vecinos.
Bien Ebrard.
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Todavía no se disipan los efectos de los cierres carreteros promovidos por campesinos, el mes pasado, y ya alistan otro en protesta por el raquítico presupuesto que le fue asignado al campo para el próximo año.
De acuerdo con el proyecto de Presupuesto, al campo le fueron asignados 40,000 millones de pesos, contra los 65,000 que tiene para 2019.
Es decir, que en el papel le descontaron al campo nada más 25,000 millones de pesos para el próximo año.
Son cifras preliminares que podrían variar si la diputación campesina se aplica; el año pasado se destinaron 50,000 millones de pesos pero en la negociación final se obtuvieron 15,000 más, para sumar 65,000.
A ver qué hace el socio y líder de Morena, el senador José Narro Céspedes, quien se encuentra en la disyuntiva de aceptar sin chistar lo que dice el gobierno o hacer como que hace en beneficio de sus representados.
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En eso de las disputas por recursos para el próximo año, ya los diputados están viendo cómo llevar agua al molino de sus estados.
El que de plano ya dijo que cumplió con sus representados fue el diputado verde de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, que presumió el aumento de 3,000 millones de pesos en el presupuesto del estado para el próximo.
El Paquete Económico contempla un presupuesto de 47,000 millones de pesos para el estado gobernado por Juan Manuel Carreras.
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Si no sacan la cabeza, la CTM y otras centrales obreras amigas del “neoliberalismo’’ –entre ellas la CROC y la FSTSE–, estarán condenadas a desaparecer o reducir su tamaño ante el surgimiento de nuevas organizaciones de trabajadores avaladas por la 4T.
Ahí está el ejemplo de la CATEM, que encabeza Pedro Haces, quien calladamente le ha quitado a la CTM la mayoría de las obras en construcción de la capital.
Salga a darse una vuelta por la Colonia del Valle, la Nápoles y la Roma, en la CDMX, para que ve la plaquita –que sirve de amuleto- de la CATEM en lugar de la CTM.
También en los sindicatos federados, es decir, los de burócratas, hay nueva competencia para Joel Ayala y socios.
Recientemente las autoridades de Trabajo concedieron su registro a la Confederación de Servidores Públicos de los Poderes de los Estados, Municipios e Instituciones Descentralizadas de la RM, que puede disputarle legalmente a la FSTSE los contratos, o mejor dicho, las afiliaciones de los trabajadores federales.
Y ya andan en eso sus dirigentes, Sergio Alberto Padilla, secretario general y José Luis Gutiérrez, secretario técnico.
¿A poco así nada más la CTM y la FSTSE van a entregar la plaza?