La seguridad es un fenómeno que integra elementos y grupos de variables muy diferentes y que se agrupan en dos grandes columnas que podrían sostener el edificio de su recuperación: políticas sociales que atenúen al menos la inmensa desigualdad y la recuperación de las capacidades institucionales de los organismos de seguridad y justicia.

Hay un puente entre esas columnas. Se trata de los modelos de colaboración entre autoridades y ciudadanos, entre instituciones, entre niveles de gobierno, entre capacidades operativas y de inteligencia, entre segmentos policiales y entre diferentes poderes y regiones.

Para combatir las violencias o la incidencia delictiva y a sus responsables, los organismos criminales es necesaria una estrategia integral de seguridad que incluya, por un lado, la atención a la carencia de opciones de empleo y educativas y, por otro, la dimensión de la seguridad o securitización, entendida como acciones específicas de patrullaje, coordinación e inteligencia.

Estos dos aspectos forman parte fundamental de la Estrategia de Fortalecimiento de la Seguridad que presentó, la tarde de este martes, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en el Museo de la Ciudad de México.

Está basada en cinco ejes: atención a las causas, presencia, inteligencia, justicia, coordinación y marco legal. Esos elementos, desde mi punto de vista, se distribuyen entre las dos columnas que mencioné antes y están aludidas en cualquier acercamiento operable para recuperar la seguridad en la realidad, en los datos y en la percepción.

Por sí sola, ninguna acción tendría impacto en la mejora de la seguridad. Sin embargo, juntas pueden incidir en la recuperación de la tranquilidad ciudadana que es como se traduce el significado básico del tema que más ocupa y preocupa actualmente: la percepción de ausencia de amenaza.

El fortalecimiento también se basa en aceptar que la situación de seguridad que existe en la ciudad es todavía un desafío mayúsculo, debido al maquillaje de cifras, al abandono de las corporaciones y la corrupción.

Sabemos que en este momento la percepción no es positiva y que las autoridades han hecho bien en reconocerlo.

El fortalecimiento de la estrategia con la Guardia Nacional y con su precisión por parte del gobierno capitalino se presenta como una nueva oportunidad para alcanzar las metas deseadas.

Es imposible sin la participación de la sociedad en la denuncia, la educación y determinación cívica para terminar con la impunidad al lado de las instituciones.

La seguridad es resultado de una acción compartida entre ciudadanos y autoridades, existen las bases claras, ahora nos corresponde apoyarlas.
El empoderamiento ciudadano será clave en el éxito de la estrategia, si todos participamos, acompañamos y vigilamos, estoy cierto de que habrá resultados importantes hacia el último mes de este año.