Luego de la muerte de Aideé Mendoza Jerónimo, la estudiante de 18 años de edad que falleció por el impacto de una bala perdida mientras tomaba clases en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente, la Secretaría de Marina (Semar) activó el Protocolo de Supervisión Interna en sus instalaciones adyacentes al plantel educativo, sin encontrar indicios de que el arma homicida se haya disparado desde ahí.

Fuentes de la Armada consultadas por 24 HORAS informaron que, luego de una revisión realizada por el contralor general de la Semar (luego de los hechos registrados el 29 de abril), no se encontraron evidencia de que se haya disparado un arma calibre 9 milímetros, del tipo que terminó con la vida de Aideé, presuntamente por un tiro parabólico.

Esto luego de que surgieron versiones que aseguran que aún se realizan prácticas de tiro en el lugar; ante lo cual las fuentes señalaron que dicho campo de prácticas dejó de operar hace aproximadamente 10 años.

 

Testimonios

Cabe destacar que profesores, trabajadores y alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente de la UNAM han afirmado que en las instalaciones de la Semar operaba un campo de prácticas de tiro, ya que, afirmaron, se escuchaban frecuentemente, por lo menos hasta hace algunos meses, detonaciones durante las horas de clase.

La principal hipótesis de la PGJ es la una “bala perdida”, luego de que se encontraron en la azotea del Edificio P, donde murió Aideé, varios “casquillos y ojivas de distintos calibres, entre ellos de nueve milímetros”, reconoció la procuradora capitalina, Ernestina Godoy, el 4 de mayo pasado.

Sin embargo, la propia procuradora ha dicho que “estamos en contacto con la Secretaría de Marina. El jefe de la Policía de Investigación habló con ellos y ellos no tienen ese tipo de arma que pudiera disparar este calibre”.

Al respecto, Pedro N, profesor del CCH Oriente, quien pidió el anonimato, afirmó que “sí hay un campo de tiro, sí hay prácticas de tiro frecuentemente. Yo ya no he visto porque ya construyeron muchos edificios muy cercanos a la Marina, pero antes desde el CCH se observaban los blancos de madera, costales y las líneas desde donde se practicaban los tiros al interior de las instalaciones”.

Cuestionado sobre la certeza de que aún exista dicho campo de tiro, el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) acotó: “no puedo afirmar que aún esté el campo de tiro, pero antes se escuchaban claramente las detonaciones. Tal vez uno se acostumbre a esos ruidos y ya no los percibimos en el plantel”.

 

CON INFORMACIÓN DE NOTIMEX

Xavier Rodríguez

LEG