El segundo y último debate presidencial en España lo dominó una “guerra abierta por el liderazgo de la derecha”, relataron medios locales, lo que posicionó al actual Presidente, Pedro Sánchez, en un camino más despejado hacia su reelección.

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, se enfrascó en discusiones con Pablo Casado, presidente del Partido Popular, y no logró en casi ningún momento centrarse en el debate con Sánchez.

Y aunque Rivera sacó más de quicio al Presidente Sánchez, esta vez recibió muchos más golpes.

En tanto, Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, en vano intentó rebajar el tono y buscar otro perfil, “ y se concentró en frenar su pérdida de votos con un mensaje nítido de izquierda, centrado en sus propuestas, constructivo. A ratos precisamente esas formas completamente diferentes, y su empeño en reivindicar los servicios sociales y la parte más progresista de la Constitución -que esta vez no blandía constantemente, como el lunes- le permitieron brillar en medio del barro en que se introdujeron rápidamente los demás”, narró sobre el encuentro El País.

En cuanto al PSOE de Sánchez, a diferencia de lo ocurrido en el primer debate del lunes, cuando el partido se consolaba con que Sánchez había salido ileso, “el segundo asalto insufló algo más de moral a la tropa socialista. No sólo entre la militancia, a quien se oyó ovacionar a su candidato en la sala Ramón Rubial de Ferraz en ocasiones reiteradas, sino entre la dirigencia del partido que se congratulaba por el enfrentamiento constante entre Casado y Rivera acuñado por el presidente y candidatos socialista como las primarias de la derecha”, refirió el portal Libertad Digital.

Las elecciones generales que se celebrarán en España el próximo domingo 28 de abril son una de las citas electorales más importantes desde que se restauró la democracia, en 1977.

Xavier Rodríguez

 

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