Tacos al pastor, la última tentación de Jesucristo

El limón y la salsa picante escurriendo por un taco de pastor es uno de los gustos que Juan Antonio Reyes abandonó para poder interpretar a Jesús de Nazareth, en la 176 representación de la Pasión y Muerte de Cristo en Iztapalapa.

Toño, quien tiene 23 años y la sonrisa bien fresca, desde que fue elegido para representar el papel del Nazareno, afirma que lo único que extraña son los “taquitos”.

Hace más de un mes que no se come unos de pastor, sin embargo, es un sacrificio “bien chiquito en realidad”, comentó en una entrevista.

Con emoción, hace casi dos meses recibió la noticia de que había sido elegido y comenzó los entrenamientos necesarios, consistentes en al menos cuatro horas de ejercicios diversos, trabajo en el gimnasio, prácticas con la cruz o un tronco y acondicionamiento físico.

Todo ello sumado a la preparación mental para aprender al dedillo cada línea de las 50 hojas de parlamento.

Explicó que antes de asumir el reto de participar en el Viacrucis de este año, su familia y él acudían los viernes por unos deliciosos taquitos; luego, al ser elegido, contó con apoyo de una nutrióloga y se acabó el gusto.

50 días atrás, Toño pesaba 69 kilos, ahora la báscula le marca 73, pero la mayor parte es masa muscular: “Estaba acostumbrado a comer de todo y de pronto te ponen una dieta para subir un poco de volumen, con muchos carbohidratos y alimentos que aporten energía, así como horarios puntuales para hacer cinco comidas al día”, relató.

El estudiante del séptimo semestre de la carrera de Geofísica, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) también trabaja en un salón de fiestas los fines de semana, a lo que sumó la extenuante preparación para el Viacrucis.

“Había momentos en los entrenamientos en los que el cuerpo ya no me daba para más; el calor es sofocante, luego llegaba un aire, sentía que era un aliento, una especie de tú puedes, sigue adelante”, señaló.

Originario del barrio de San Pedro, en Iztapalapa, Toño aseguró que lleva una dieta sin carne para no afectar el PH de su piel, para que sea más fácil colocarle la barba.

Durante los cinco días que dura la procesión, José Antonio recorrerá unos 31 kilómetros; dos de ellos cargando una cruz que pesa poco más de 90 kilos con un solo propósito, conservar una de las tradiciones que dan vida a Iztapalapa.

LEG