La guerra interna en Morena parece insostenible.

Al menos para su creador, guía político e imagen universal.

Aunque se ha declarado sin partido en distintos mensajes, Andrés Manuel López Obrador está muy molesto con las divisiones al interior de Movimiento Regeneración Nacional.

-No quiere más pleitos –narró un cuadro conspicuo del morenismo llamado a la concordia.

No es el único caso.

El entorno de dos de los convocados confirmaron algunos de los diálogos sostenidos desde hace dos semanas con quienes se han destacado por sus rencillas.

En este espacio dimos un avance el miércoles pasado, cuando aludimos a la presidenta de ese agrupamiento, Yeidckol Polevnsky, como una dirigente incómoda.

Eran conocidos algunos conflictos intestinos, como la lucha de Yeidckol Polevnsky y Ricardo Monreal por poner candidato para las elecciones extraordinarias en Puebla.

Ya se sabe: ella impulsa a Miguel Barbosa, pero él y la totalidad de la bancada de Morena en el Senado de la República se han pronunciado y trabajan por Alejandro Armenta.

LAS SABANDIJAS DE MORENA

La postulación en Puebla seguirá su ruta.

Aquí hemos dado avances favorables para Alejandro Armenta como la declaración presidencial de “yo no tengo partido” y un oficio dirigido a las autoridades electorales para prohibir el uso de la imagen de Andrés Manuel López Obrador.

El mismo exhorto, a través de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal (CJEF) y firmado por Raúl Mauricio Segovia, director adjunto de Control Constitucional, fue dirigido al propio Miguel Barbosa.

Lo novedoso ahora es cómo han sido llamados a Palacio Nacional quienes pelean con graves repercusiones para el Gobierno o las instituciones donde trabajan.

Es el caso del Senado.

Ahí la confrontación se da entre Ricardo Monreal y Martí Batres, el primero presidente de la Junta de Coordinación Política y el segundo de la Mesa Directiva del Senado de la República.

Tras estos exhortos, ahora sí deberán caminar formaditos y seguramente ya no escucharemos a Yeidckol Polevnsky llamar sabandijas a sus correligionarios.

Civilidad hoy ausente.

TITUBEOS DE LA OPOSICIÓN

No cuajó su alianza para frenar el nombramiento de Jasmín Esquivel como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Era la única manera de evitar un presumible conflicto de interés por la relación de negocios de su esposo, José María Riobóo, con el Gobierno actual.

-No soy señora de ni esposa de… -reclamó ella y pidió valorarla por su carrera y sus conocimientos jurídicos.

Ya es ministra designada y pronto estará en la Sala Superior de la Corte.

Sin embargo, tras ese fracaso, las fracciones minoritarias en el Senado de la República dialogan cómo recuperar su peso en asuntos importantes.

Vienen varias pruebas a este nuevo esfuerzo y quizá lo veamos en la votación de comisionados para la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

Porque si pasa quien confunde Certificado de Energía Limpia (CEL) con un celular o quien baja de Internet la definición de ese organismo para leerla ante los senadores sinodales…

Pronto sabremos si el Senado es más rígido en sus controles o aprueba nombramientos sin mayor trámite.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.