En su comparecencia semanal ante los diputados, la primera ministra británica, Theresa May, pidió apoyo a su acuerdo de Brexit en la Cámara de los Comunes para que el Reino Unido pueda abandonar la UE en la fecha prevista, el 29 de marzo.

Reiteró su oposición a retrasar la salida del bloque, como demandan algunos parlamentarios, y sostuvo que el Legislativo debe cumplir el mandato del referéndum de 2016, en el que un 52 por ciento de los británicos respaldó el divorcio.

A 23 días del Brexit, el Gobierno sigue negociando con la UE, con el fin de obtener cambios en la polémica cláusula de seguridad para evitar una frontera en la isla de Irlanda.

La Comisión Europea (CE), por su parte, reconoció que las conversaciones con Reino Unido han sido difíciles, y aún no hay acuerdo.

El negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, se reunió en Bruselas con su contraparte británico, Stephen Barclay y con el fiscal general británico Geoffrey Cox.

“Barnier informó que, si bien las conversaciones tienen lugar en una atmósfera constructiva, las discusiones han sido difíciles. No se ha identificado una solución, en este momento, que sea consistente con el acuerdo de retirada”, declaró el portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas.

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