La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó los asesinatos de los activistas, José Santiago Gómez y Noé Jiménez, en Chiapas; así como la del periodista José Rafael Murúa, en Baja California Sur.

En un comunicado, el organismo informó que Noé Jiménez y Rafael Murúa eran beneficiarios del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, operado por la Secretaría de Gobernación (Segob).

Jan Jarab, Representante de la ONU-DH en México, señaló que el país necesita revertir la tendencia en aumento del riesgo que enfrentan quienes ejercen el periodismo y la defensa de los derechos humanos.

“Sus actividades deben ser protegidas e incentivadas por el Gobierno mexicano en su conjunto pues se trata de actores fundamentales para un Estado democrático y de derecho. Estos hechos muestran que la violencia contra quienes defienden derechos humanos o informan tiene profundas raíces y es necesario impulsar cambios estructurales para atajarla”, expresó.

Mientras los activistas chiapanecos participaban en un plantón frente al Palacio Municipal de Amatán, junto con otros integrantes del Movimiento por la Paz, la Justicia y el Bien Común, fueron atacados por un grupo armado, desaparecidos el 17 de enero y encontrados sin vida un día después.

LEG