Sabíamos que 2019 sería un año desafiante en términos políticos, sociales y económicos ante un cambio en la forma de Gobierno. Sin embargo, por un lado, los mercados financieros nacionales han tenido, hasta el momento, un comportamiento positivo siguiendo el desempeño del dólar americano a nivel mundial; la respuesta al alza hasta ahora de las Bolsas americanas y una Fed que modificó su lenguaje y perspectivas para 2019 en la que será paciente y más analítica para evaluar las condiciones de su economía en medio de una desaceleración mundial, lo que redujo riesgos en su ritmo de alzas futuras en las tasas de interés.

Pero, ¿hasta dónde será esta reacción positiva? Para tipo de cambio y Bolsa la vemos temporal únicamente.

Por el otro lado, la administración federal liderada por Andrés Manuel López Obrador tomó una decisión crítica e importante. Reducir el robo de combustible que alcanza números “impensables” a través de una organización con una estructura compuesta por personal que ha o viene laborando de Pemex, pseudoempresarios, políticos y operadores. Felicitamos esta decisión de “confrontar” y tratar de reducir o acabar con un negocio mal habido.

Criticamos la forma en la que se está operando y al equipo de apoyo del Presidente, porque no consideraron los riesgos y la “magnitud” para un desabasto que ya viene teniendo efectos sobre la economía, menor actividad en varios estados y el riesgo de un aumento en precios que al final perjudicará el desempeño hasta en la “recaudación” de impuestos. Es claro que a los propios funcionarios “actuales” de Pemex les falta conocer a detalle la institución.

Se estima que Pemex ha encontrado más de 11 mil 250 tomas clandestinas que extraen cientos de miles de barriles diarios, lo que significa una merma por 66 mil 300 millones de pesos al año aproximadamente, 5% de los ingresos totales y 8% hasta la información acumulada al tercer trimestre de 2018 que es conocida públicamente.

Si lo vemos de manera trimestral, el robo de 66 mil 300 millones de pesos representa 1.5 veces los gastos de tres meses de Pemex o 1.23 veces el resultado operativo en el mismo período.

La semana pasada, funcionarios de la SHCP y de Pemex acudieron a Nueva York con inversionistas y calificadoras crediticias para dar a conocer los planes de la nueva administración. Hasta donde los medios nos han informado, el Roadshow que realizaron no cumplió con las expectativas de analistas e inversionistas.

Los bonos de Pemex se presionaron al alza (mayor sobretasa y baja en precio). La deuda alcanza los 83 mil 900 millones de dólares (es de las compañías petroleras más endeudadas). Este año, la paraestatal tiene vencimientos por cinco mil 400 millones de dólares. En su caso, el robo de combustible representa más de 60% de los vencimientos que tendrá.

Es muy probable que algunas calificadoras den a conocer la revisión de la nota crediticia de Pemex y de México en los primeros meses del año.
El riesgo de una modificación en la calificación crediticia está presente, pero también ¿qué sucedería si esta organización de robo de combustible sigue expandiéndose? Los números son “inmensos”.

Continúa el cierre parcial del Gobierno americano

El Gobierno americano mantiene la suspensión de todos los servicios públicos menos los considerados como “esenciales”. Trump y demócratas libran una batalla desde el 22 de diciembre pasado por el pedido del Presidente de cinco mil 700 millones de dólares para construir un muro en la frontera con México. Afecta a 800 mil empleados sin goce de sueldo y es la más larga de la historia superando los cierres de 1995 y principios de 1996 bajo la Presidencia de Bill Clinton. Un efecto mínimo que poco a poco aumentará la presión política y económica.