La autoridad sanitaria de México cerró por “cuestiones de salubridad” el albergue en el que se alojó la caravana migrante de centroamericanos en la unidad deportiva Benito Juárez, ubicado en la fronteriza ciudad de Tijuana, informaron hoy autoridades locales.
El refugio temporal, habilitado para dar apoyo humanitario a unos 2 mil migrantes y que se saturó tras una ocupación de más de 6 mil, fue clausurado por la subdirección general de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios en el estado (Cofepris), que colocó sellos en estas instalaciones.
Desde el jueves, el Instituto Nacional de Migración (INM) comenzó con los traslados de los centroamericanos que estaban en este lugar hacia el nuevo sitio, llamado “El Barretal”, donde la institución asumirá el control total en cuestión de alimentación, servicios y seguridad para, por el momento, más de 1.250 personas.
El secretario de desarrollo social municipal de Tijuana, Mario Osuna, explicó que fueron cancelados los servicios que el municipio ofrecía en el refugio inicial y que ya no se recibirán alimentos o donativos en este sitio.
El complejo deportivo será rehabilitado y entregado a las autoridades municipales para que sea nuevamente utilizado por deportistas.
A pesar del cierre, no todos los centroamericanos han aceptado ir al segundo albergue. Unos 1.000 han permanecido en el exterior del complejo y el resto se ha movido a otros albergues de la ciudad y casas de migrantes, administradas por religiosos.
Según datos de autoridades mexicanas, unos 9.000 centroamericanos llegaron al país a partir del 19 de octubre en distintos grupos, de los cuales más de 7 mil arribaron a Mexicali y Tijuana, estado de Baja California, para pedir asilo en Estados Unidos y 2.000 se ubican en otras parte del país.
DAMG