En México, “el Sistema de Justicia está colapsado”, sentenció el Foro Escucha en su edición Guadalajara, la sesión 14 de las 20 programadas para alimentar el plan de seguridad pública que presentará a fines de este mes el Gobierno electo encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

En la entidad que da nombre al cártel más poderoso del país, en el Jalisco que dio la vuelta al mundo con la noticia de los cadáveres en los tráileres de congelación ante el sobrecupo de las instalaciones forenses -y la incompetencia del Gobierno del aumento de la violencia homicida que desborda los anaqueles de lo siniestro-, el futuro secretario de Seguridad Pública federal, Alfonso Durazo, aceptó ayer que “la voluntad política de López Obrador es enorme, tiene sensibilidad social y eso no le resta complejidad al problema de la inseguridad”, en cuya solución será indispensable la ciudadanía, según previene.

En el Tec de Monterrey, sede Guadalajara, se insiste en los ejes estratégicos de seguridad: el combate a la corrupción, programa emergente para duplicar la capacitación y el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de los cuerpos de seguridad, precisa Durazo ante más de 400 asistentes, entre ellos Macedonio Tamez, el nuevo coordinador de gabinete de Seguridad de Enrique Alfaro, y el delegado de políticas públicas de AMLO en Jalisco, Carlos Lomelí.

En los dos mil 458 municipios del país, solamente mil 800 tienen Policía propia; de esa cantidad, únicamente 900 cuentan con destacamentos policiales con más de 20 integrantes.

Los datos del “colapso de la justicia” son secundarios frente a las historias compartidas ante las que quisiera colapsar el más resiliente optimismo: la conexión entre crimen organizado, migración y comercio de órganos: el robo de niñas desde los 12 años en algunos municipios de Jalisco; el asesinato de policías en situaciones tan oscuras que no queda del todo claro si son parte del problema o de la solución que lo combate; la corrupción real o atribuida a las autoridades carcelarias que tolerarían extorsiones y violaciones constantes; la alusión más exaltada que precisa a la corrupción de jueces en situaciones también ambiguas de defensoras de familiares de quienes se reivindica la absoluta inocencia; tráfico de bebés que nacen de mujeres secuestradas y que son mantenidas en esa situación como madres para un mercado de infantes, según cierta historia.

Entre las propuestas se incluyen: la insistencia en un banco de datos de ADN universal, la integración de cuerpos policiales sujetos a estándares nacionales de preparación y de eficiencia, la auditoría en las cárceles, la extensión de una nueva cultura cívica en un contexto de prevención social de las violencias vistas como resultado del abandono de los compromisos en la familia y respecto de ella en las instituciones.

El mensaje de Guadalajara es insistentemente vencer al miedo y a la falta de confianza. Petición al nuevo Gobierno: “no traicionar”. Esta ciudadanía tan participativa como harta de la incompetencia previa dice ya no tolerar.
Gran reto.

@guerrerochipres

LEG