En su informe trimestral de inflación al segundo trimestre del año, el Banxico redujo el estimado de crecimiento económico para este 2018 y aumentó el estimado de inflación por arriba de 4.0% anual, extendiendo el tiempo para alcanzar el objetivo de 3.0% hasta 2020.

Comentó que el acuerdo comercial de México con Estados Unidos reduce un poco el proceso de incertidumbre que prevalecía dentro de la actividad económica y de mercados. Asimismo, considera que la dinámica de la economía de Estados Unidos favorece la manufactura y un mayor gasto público podría ayudar a incrementar el ritmo de crecimiento (cuidando la estabilidad macroeconómica).

Sin embargo, dejó en claro varios eventos internacionales y nacionales que al final le dan al informe un tono más “restrictivo”.
Por ejemplo, los conflictos comerciales que hoy tiene Estados Unidos frente a China, Europa, Japón, la imposición de aranceles por temas de seguridad. Recordemos, además, que en septiembre vendrá la decisión sobre la posible implementación de aranceles por el equivalente a 200 mil millones de dólares a China si no se alcanza algún acuerdo antes, así como los riesgos sobre el arancel de 25% a la importación de automóviles.

Le preocupa una mayor restricción monetaria global y un dólar más fuerte. Hoy, las políticas monetarias son “divergentes”, mientras que la FED seguirá su proceso de alza gradual en tasas de interés de manera trimestral, el BCE (Banco Central Europeo) y el BoJ (Banco de Japón) mantendrán estables sus tasas respectivas.

Considera como riesgo la volatilidad en algunas economías emergentes como el caso de Turquía, que vive un proceso de fuerte desaceleración de su economía, baja en calificación crediticia al país y a 30 instituciones entre bancos y empresas, alto endeudamiento del sector privado, así como una depreciación de la lira turca de 75% en el año. Argentina, cuya moneda ya lleva una devaluación de 108% en el año pidiendo un apoyo al FMI, aumentando su tasa de interés de “emergencia” a 60% anual y haciendo uso de sus reservas internacionales con una crisis política y económica. También vemos a Brasil como foco amarillo en esta etapa de elecciones y en espera de la decisión jurídica de saber si Lula saldrá en libertad o quedará encarcelado y no pudiera competir para la Presidencia. El real se viene depreciando 25% en el año y tiene un alto nivel de endeudamiento.

En México preocupa las políticas que la nueva administración pudiera implementar tanto económica como socialmente y, por otro lado, la caída en la producción diaria de crudo. Además, con fecha al 21 de agosto, la tenencia de extranjeros en mercado de dinero registra una “salida” de 213 millones de dólares. El ritmo de entrada a Cetes se ha disminuido desde 15% hasta 8.0% en lo que va del año, y en bonos mayores a 12 meses se registra ya una caída de 0.2% en el año.

A pesar de pagar una tasa real elevada, hoy el Banxico enfrenta algunos riesgos que no dejarán bajar a la tasa de interés, a pesar de resolver dos eventos internos como el proceso electoral y el acuerdo comercial con Estados Unidos, que no obstante de ceder posiciones, se logró mantener, sabiendo que ya el TLCAN forma parte de la estructura de nuestra economía.