Hace unos días comentamos en este espacio las molestias que generaban las declaraciones de Tatiana Clouthier entre los fanáticos de Andrés Manuel López Obrador.

Clouthier, hija de un ícono de la lucha democrática en el país, fue la coordinadora de la campaña de López Obrador luego de haber renunciado, hace algunos años, a su militancia panista.

Ha sido, sin duda, una mujer valiente primero para saltar de derecha a izquierda y después para cuestionar algunas decisiones y declaraciones del Presidente electo y sus colaboradores.

La ex panista criticó el hecho de que López Obrador designara a Manuel Bartlett Díaz como director de la Comisión Federal de Electricidad y luego, en una entrevista radiofónica, rechazó que el nuevo gobierno pueda acabar con la inseguridad pública como ha ofrecido.

“No se puede corregir en un sexenio lo que no se hizo en 12 años’’, dijo justo cuando el pre Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, se comprometió a reducir, en los próximos tres años, en 50% los homicidios dolosos.

Clouthier había sido nombrada por López Obrador subsecretaria de Gobernación, un día después de haber ganado las elecciones.

El fin de semana, sin embargo, la hija de Manuel Clohutier, “Maquío’’, rechazó asumir el cargo “por motivos familiares’’.

Clouthier ha sido institucional con López Obrador pero los motivos de su negativa a ocupar el cargo van más allá de los estrictamente personal.

Desencuentros con algunos de los cercanos al tabasqueño por la visión distinta de gobierno que tiene habrían precipitado su decisión.

No será coordinadora de los diputados, como quisieron hacer creer, y su papel se limitará a ser una legisladora más, quizá con alguna presidencia de alguna Comisión.

Si fue bullying de los morenistas, estamos a días de comprobarlo.

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Por cierto hoy se reunirá la bancada de Morena en San Lázaro para elegir a su pastor.

Aunque Mario Delgado encabeza las preferencias, hasta ayer Dolores Padierna seguía maniobrando para tratar de quedarse con el cargo.

Y mientras los morenistas se deciden – o esperan la señal del dedo Divino-, en el PAN ya están los líderes: en el Senado quién más que Damián “el yo ni quería’’ Zepeda y en la Cámara de Diputados el guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks.

Solo en Morena le siguen haciendo al Canelo.

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Martí Batres, a quien muchos políticos con los que convivirá, incluso de su propio partido le apodaban “el Porro’’, será el próximo presidente del Senado de la República.

Ya se conocen sus métodos poco elegantes de negociación pero como el Jefe del Ejecutivo es el dueño de su partido, entonces no se ve que haya problemas entre ambos poderes.

En donde sí se verán problemas será en la relación entre Batres y Ricardo Monreal Ávila, que será el coordinador de la bancada de Morena.

Monreal, más político, no tiene buena relación con Batres quien le disputó la coordinación de los senadores de Morena.

¿Será que puedan llevar la fiesta en paz ahora que represetantarán a la bancada más grande de la Cámara alta?
Por cierto, aún no se conoce por cuánto tiempo Batres será presidente del Senado, cargo que alternaba cada año entre las tres principales fuerzas políticas.

¿O ya comenzó el agandalle?