Quizá por mera estrategia publicitaria, Sebastián Guillén, alias Marcos y ahora Galeano, anunció que el EZLN se opondrá a la construcción del Tren Maya porque atentaría contra la población indígena.

Muchos creen en el país que Marcos o Galeano es una caricatura de aquel encapuchado que en enero de 1994 puso al Gobierno contra la pared.

Marcos se hizo mundialmente famoso por defender las causas de los indígenas que hasta ese momento sólo eran utilizados como utilería en las campañas políticas.

Aunque el movimiento armado del EZLN duró apenas unas horas, tuvo un impacto político en el país que modificó la visión de la sociedad y el Gobierno hacia la población indígena.

¿Puede el enmascarado de estambre convertirse en un dolor de muelas para el nuevo Gobierno y su tren?

Sí puede.

Marcos no tiene ahora un pretexto suficientemente válido a los ojos de la sociedad civil nacional o internacional que le permita una reaparición exitosa y le devuelva los reflectores que tuvo en 1994.

Ello es un peligro para López Obrador, pues con el proyecto del Tren Maya le ha dado la justificación esperada para su reaparición.

Aunque no se conoce nada del proyecto, salvo la intención de construir la vía, el enmascarado tiene bajo su control pequeños municipios y comunidades de Chiapas, que bien organizados –y motivados- podrían frenar cualquier obra.

El Subcomandante le declaró la guerra al proyecto del futuro Presidente, con quien no se ha reunido pese a que el padre Solalinde había asegurado que el EZLN simpatizaba con las causas del tabasqueño, cosa que no fue cierta.

Seguro AMLO no contaba con ese escenario.
A ver qué solución propone.

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Reapareció la profesora Elba Esther Gordillo luego de cinco años y medio de estar privada de su libertad y ahora se espera que de un momento a otro reaparezca Napoleón Gómez Urrutia, líder minero, refugiado en Canadá hace una década.

Gómez Urrutia huyó del país luego de que los miembros de su sindicato reclamaran el pago de 55 millones de dólares, que su padre negoció con el Gobierno y con el empresario Germán Larrea cuando éste adquirió la minera de Cananea.

Napoleón Gómez Sada, padre de Napito, negoció que 5% de las acciones de la empresa fueran para los sindicalizados de Cananea, pero ese dinero tardó años en llegar al sindicato, y cuando llegó, no lo recibieron los trabajadores.

Hoy Gómez Urrutia es senador de la República por Morena y en cualquier momento aparecerá en la Cámara alta para recibir la acreditación como legislador federal.

¿Y los millones? No creo que la pregunta incomode al nuevo padre de la patria.

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Pues sí hubo lugar en el gabinetazo para uno de los Cárdenas, Lázaro, el ex gobernador de Michoacán, que será el coordinador de asesores de López Obrador.

Será una especie de Joseph-Marie Córdoba Montoya del tabasqueño, aunque se esperaba que fuera propuesto para la dirección de Pemex o de la CFE.

El nombramiento es un guiño de López Obrador para Cuauhtémoc Cárdenas, que nomás veía pasar el tiempo, y los nombramientos, y el apellido de la familia no brillaba.