Foto: EFE Tenía cerca de 80 % de la estructura original y pertenecía a una mujer de 1,41 metros de altura y entre 20 y 25 años al morir.  

Con técnicas avanzadas de reconstrucción forense, un diseñador brasileño le devolvió la cara a la Mujer de Naharon, tras el hallazgo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como parte de una investigación arqueológica en Quintana Roo, en 2001.

Tras dos décadas después del descubrimiento, el INAH contactó al diseñador brasileño en 3D Cicero Moraes, quien reconstruyó los rostros de importantes personajes históricos y religiosos como San Antonio de Padua, y ahora lo hizo con la mujer prehistórica.

La técnica se basó en crear, a partir del cráneo real, una representación tridimensional virtual, de acuerdo con Del Río. Si al cráneo le falta determinada parte en una mitad, ese espacio vacío se completa con base en la otra mitad, “y así lo van armando hasta que tienen el cráneo completo”, dijo el especialista.

“Y sobre el cráneo, dependiendo de los espesores y de las protuberancias u hoyuelos que tenga, se reconstruyen los músculos de la cara, y sobre el músculo viene la piel, que tiene distintos grosores en diferentes partes del cráneo”, explicó.

Atraído porque la mujer eligiera habitar la zona noreste de la Península de Yucatán, refirió que era un lugar donde había cuevas por todos lados, y  ante las complicaciones del clima y los depredadores de la época, representaba un refugio ideal.

Sobre la dieta, señalo que estudios reflejaron que había plantas que brindaban ciertos frutos, además de que no descartó que los mastodontes, gliptodontes, perezosos fueran parte de su alimentación. De los recursos marinos, no hay indicios de que los aprovecharan.

“Si llegó sola, tal vez buscando agua, en las profundidades de la cueva, acaso hasta allí llegó. Atrapada en la oscuridad, y víctima de inanición, sed y miedo, adoptó una posición fetal y esperó la muerte”, especuló el experto sobre el rostro, ya avanzado, que pretenden presentar este mismo año.

LEG