Un Congreso sin contrapesos y con la posibilidad de que el Gobierno de la Ciudad de México haga lo que quiera sin cuestionamientos, peor que en los tiempos de regencia, es el escenario que se prevé en la capital, con la mayoría de diputados pertenecientes a un solo partido político, estimaron especialistas entrevistados por 24 HORAS.

Este 2 de julio, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que cerró a las 20:00 horas, reportó que de las 33 diputaciones por mayoría relativa, 31 serán para Morena.

Édgar Ortiz Arellano, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mencionó que, en el Congreso, y en general en la ciudad, se conforma un nuevo sistema de partido predominante hegemónico, lo cual es preocupante para la democracia, pues prevalecerá una sola corriente ideológica.

La falta de contrapesos debilita las instituciones y ningún gobernante debe tener el poder absoluto, dijo.

“Lo que estamos viendo es una muy poca competitividad y un gran castigo a los partidos tradicionales, resultado de la ruptura PRD-Morena. Prácticamente desde 1997, el PRD se dedicó a construir una estructura corporativa clientelar y, al fracturarse con Morena, justamente Morena aprovechó eficazmente esa estructura que tardaron muchos años en construir”, explicó.

Consideró que con el sol azteca aplica el dicho de “nadie sabe para quién trabaja”, pues desde la construcción de la reforma política, la organización del Congreso se planeó pensando en que el PRD sería el partido dominante. Y ahora, afirmó, están pagando las consecuencias.

Morena seguirá la misma estrategia que siguió el PRD en su momento: barrer a las fuerzas políticas opositoras.

En tanto, Fernando Dworak, analista y consultor político y experto en temas legislativos, dijo que el nuevo Congreso tendrá todo el control para hacer y deshacer leyes; lo mismo que pasó con el PRD desde la segunda mitad del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

Tener una mayoría casi absoluta en el Congreso local no será nuevo; sin embargo, hay que tomar en cuenta otros elementos alrededor de la organización política que provocarán un poder absoluto de Morena.
Por ejemplo, en la revocación de mandato, que en la Constitución local señala que sólo se necesita 10% del padrón electoral para convocarla, los legisladores harán lo posible para que no exista esa solicitud, y para eso evadirán cualquier decisión difícil, a razón de que no ensucien la posibilidad de que se reelijan como diputados.

“Lo que hicieron con esta ocurrencia es generar un Congreso que solamente aplaudirá y tomará decisiones que serán del agrado de quien gobierna”, opinó.

Por su parte, Gerson Hernández, experto en comunicación política, mencionó que el objetivo del Congreso debiera ser un contrapeso al Poder Ejecutivo, lo cual no ocurrirá.

“Lo que se prevé es un poder Ejecutivo fuerte sin un contrapeso en el Legislativo, no veremos los largos debates, por ejemplo en el tema del presupuesto. Las comisiones más importante serán de color guinda”, dijo.

 

 

DPC