Foto: CUARTOSCURO La psicóloga y experta en manejo de estrés en jóvenes, Laura Echeverría González, cuestionó el que la gran mayoría de los profesores universitarios evalúen a sus alumnos de manera “tradicional”  

Por una mala organización y confiados en el apoyo que la tecnología puede dar en los trabajos académicos, los estudiantes universitarios son víctimas de altos grados de estrés sin que la mayoría de las instituciones educativas consideren el impacto que esto puede tener en el desempeño académico de sus comunidades.

La psicóloga y experta en manejo de estrés en jóvenes, Laura Echeverría González, cuestionó el que la gran mayoría de los profesores universitarios evalúen a sus alumnos de manera “tradicional”, dejando las evaluaciones importantes hasta final de semestre.

Explicó que una de las causas de estrés en los estudiantes es la procrastinación, es decir, el “arte” de posponer de manera reiterada un trabajo que de manera inevitable se debe hacer. Las principales razones son la pereza, el miedo, la indecisión, la mala organización y la falta de energía y vitalidad.

La especialista de la Universidad Iberoamericana (UIA) mencionó que las personas que procrastinan son aquellas que postergan las actividades de manera continua, porque creen que el día de mañana será más adecuado para llevar a cabo una o varias tareas pendientes.

También, agregó, son aquellas que se distraen con actividades que consideran divertidas, relegando las entregas importantes y difíciles para el final, quien pospone o procrastina, en el fondo tiene una conducta claramente evasiva.

Para Echeverría González, quien recomienda técnicas de relajación y respiración para el manejo de estrés, afirmó que es importante identificar y trabajar en las causas de este comportamiento en jóvenes universitarios, y destacó la importancia de que las universidades tengan programas específicos para atender esta problemática.

Uno de los artículos relacionados a este problema lo dio a conocer el Journal of College Student Psychotherapy en 2014. Realizaron un estudio, donde brindaron una intervención breve basada en la terapia de aceptación y compromiso (ACT-Acceptance and commitment therapy) con alumnos universitarios para reducir los niveles de procrastinación.

En la investigación identificaron que entre los factores que contribuyen a la procrastinación figuran: aversión a la tarea, castigo o recompensa, baja autoeficacia, pensamientos irracionales, menospreciarse, baja conciencia y poca planeación de tiempos.

La especialista de la UIA afirmó que los estudiantes universitarios es una población que se encuentra en constante exposición al estrés y ansiedad debido, entre otras cosas, a las exigencias académicas que acompañan su vida escolar.

“Aunque sabemos que cada profesor evalúa de forma distinta, por lo general muchos coinciden en programar entregas importantes para el fin del semestre por lo que muchos estudiantes tienen que preparar exámenes, exposiciones, ensayos o trabajos de muchas materias en un lapso de tiempo breve, es entonces cuando la procrastinación se vuelve un problema”, enfatizó.

La psicóloga aseveró que los jóvenes no tienen un manejo adecuado de su tiempo y la inmediatez que brinda la tecnología hace que los universitarios quieran respuestas instantáneas, por lo que para muchos el tema de tolerancia a la espera es un tema que les cuesta trabajo.

En ese sentido, resaltó la importancia de fomentar en los estudiantes, desde temprana edad, hábitos adecuados de estudio para organizar su tiempo.

LO QUE DEBES SABER
Expertos recomiendan a los alumnos organizarse, aprender a distinguir entre lo urgente y lo importante para planificar mejor las actividades y disminuir, considerablemente, el estrés, además de tener una agenda para registrar tiempos de trabajo y entrega.

Los estudiantes estresados presentan mal humor y poca tolerancia, cometen errores frecuentes, incumplen horarios y tareas, disminuyen su rendimiento, deterioran sus relaciones con sus compañeros y presentan cansancio.

En el ámbito social, agregan los especialistas, las personas con estrés pierden interés en asistir a eventos, se alejan de sus amigos y se aíslan. En cambio, aumentan significativamente las malas experiencias, vinculadas a las riñas, consumo de drogas, accidentes, entre otras.

 

JNO