Foto: EFE La reunión de los líderes se celebrará en la aldea de la paz de Panmunjeom, en la frontera común  

SEÚL.- Las dos Coreas han acordado celebrar su primera cumbre de líderes en más de una década el próximo abril en la frontera, mientras Pyongyang se ha comprometido a renunciar a su armamento nuclear, anunció hoy el Gobierno de Seúl.

 

El encuentro, que supondría la tercera cumbre de la historia entre los dos países, fue comunicado de manera inesperada tras el viaje de dos días de una delegación de Seúl a Corea del Norte, donde fue recibida por el líder norcoreano, Kim Jong-un.

 

La reunión de los líderes se celebrará en la aldea de la paz de Panmunjeom, en la frontera común, anunció durante una rueda de prensa el jefe de la oficina presidencial surcoreana de Seguridad Nacional, Chung Eui-yong, que encabezó la delegación al Norte.

 

Hasta la fecha solo se han producido dos cumbres de jefes de Estado de las dos Coreas; ambas en Pyongyang en los años 2000 y 2007 durante el decenio de la llamada era de “la política del sol”, que marcó la fase de mayor acercamiento bilateral hasta la fecha.

 

En una rueda de prensa a su vuelta de Pyongyang, Chung detalló que el Sur y el Norte han acordado además poner en marcha una línea directa de comunicación entre sus dos líderes, “para permitir un dialogo estrecho y la rebaja de las tensiones militares”.

 

Durante la visita de la delegación surcoreana a Corea del Norte el régimen de Pyongyang también desveló su compromiso de deshacerse de sus armas nucleares, si se garantiza la permanencia del régimen.

 

“El Norte expresó claramente su compromiso con la desnuclearización de la Península coreana y dijo que no tendría ninguna razón para poseer armas nucleares si se garantizara la seguridad de su régimen y se eliminaran las amenazas militares contra Corea del Norte”, explicó Chung.

 

Durante la reunión, el dictador norcoreano mostró además a la delegación del Sur su disposición a discutir con Washington sobre este asunto, y señaló que el abandono de las armas nucleares en la península de Corea fue el deseo manifestado por su padre, Kim Jong-il, antes de morir en 2011, según dijo el enviado de Seúl.

 

Pyongyang no puso ninguna condición específica para sentarse en la mesa de negociaciones, sino que recalcó su aspiración de “ser tratado de forma seria como un interlocutor”, añadió el líder de la delegación surcoreana.

 

Además, el régimen se comprometió a no emplear armas nucleares ni convencionales contra el país vecino, y expresó su “comprensión” sobre los planes de Seúl y Washington de realizar maniobras militares conjuntas de gran escala en abril, tras retrasarlas con motivo de los Juegos Olímpicos de PyeongChang.

 

El viaje de la delación surcoreana a Pyongyang, el primero en más de 10 años de una representación de alto nivel al Norte, respondió a la histórica visita que realizó en febrero al Sur la hermana del líder norcoreano, Kim Yo-jong, con motivo de los JJOO de Invierno.

 

Durante uno de sus varios encuentros con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, la hermana del líder le trasladó una invitación para celebrar una cumbre con Kim Jong-un en Pyongyang.

 

El buen resultado de las reuniones llevadas a cabo en Corea del Norte la víspera fue adelantado en cierto modo por los medios estatales del Norte, los cuales aseguraron el líder norcoreano y los enviados de Seúl habían llegado un acuerdo “satisfactorio” para celebrar una cumbre intercoreana, explorar vías para aliviar las tensiones militares entre ambos países, impulsar el diálogo y la cooperación.

 

Kim Jong-un ofreció una cena a los enviados de Seúl junto a su esposa, Ri Sol-ju, y su hermana, en un encuentro que duró más de cuatro horas en la sede del Partido de los Trabajadores.

 

La reunión fue además ampliamente cubierta por los medios oficiales de Pyongyang, como el diario Rodong Sinmun, que la situó en su portada de hoy acompañada de cerca de una decena de fotografías. 

 

 

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