De Xavier Velasco, oriundo San Ángel, en el sur de la Ciudad de México, hijo único, nieto favorito, fabulador temprano, alumno renegado, amigo de los perros, y descendiente exaltado del punk británico y el boom latinoamericano, están en las mesas de novedades dos entregas literarias.

 

Se trata de “Luna llena en las rocas”, crónicas urbanas nocturnas y de bajos fondos, y “El materialismo histérico”, una serie de relatos muy al estilo Velasco. Ambos títulos acotan por qué este autor, ganador del VI Premio Internacional Alfaguara de Novela por “Diablo Guardián”, es considerado un observador social.

 

Luna llena en las rocas” es “un panorama de las provincias tentadoras de la república de la noche y proporciona a los nuevos licántropos un mapa sentimental para extraviarse en ella”, según el escritor Enrique Serna; Arturo Pérez-Reverte sostiene que “Xavier es un buen guía del México nocturno en su vertiente más golfa”.

 

“Nos hicimos amigos después de que yo leyera ‘Luna llena en las rocas’, un repaso a los garitos más infames y peligrosos, concluye Pérez-Reverte en su comentario sobre la obra de Velasco, autor de las novelas “Éste que ves”, “Puedo explicarlo todo”, “La edad de la punzada” y “Los años sabandijas”.

 

En el libro vagan noctámbulos. Licántropos que ante la luna llena sacan los colmillos y asoman su rostro verdadero. ¿Su hábitat? El bar exclusivo, el antro de mala muerte, el oasis del after, las puertas que apenas disimulan su vocación prostibularia, escenarios de la penumbra urbana en los que la vida sólo late si no hay sol.

 

En sus páginas está la intoxicación que es el cobijo del ridículo y en cada conquista, es también una derrota. En estas prosas breves, situadas en la feroz tierra de nadie entre el relato, la crónica y el diario de campaña, Xavier Velasco aborda la noche y sus fantasmas con una mezcla entrañable de morbo, complicidad y vertiginoso impulso narrativo.

 

La otra entrega es “El materialismo histérico” en una nueva edición. Sus relatos hablan de la humanidad como mercancía. Se trata de relatos que retratan una sociedad en la que venderse, comprar, estafar, apostar, consumir, intrigar, chantajear, multar, sobornar, cobrar y pagar son los únicos verbos que es dado conjugar para salvar la vida.

 

En pocas palabras, Velasco pinta un mundo donde la ambición, el poder, el crédito y las comisiones son los únicos motores de la existencia, y lo hace con la experiencia que le ha dado su carrera como periodista y escritor. Publica la columna “Pronóstico del clímax” en un diario capitalino, la cual es ampliamente leída.

 

ERM