Un retrato de Frida Kahlo a los 19 años de edad, sentada y mirando fijamente hacia la cámara de su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, muestra los indicios del icono y el emblemático personaje en el que se convertiría la pintora mexicana para el mundo del arte.

 

La imagen, que captura un momento sensible de la célebre artista, un año después del accidente del que fue víctima el 7 de septiembre de 1925, cuando el autobús en el que viajaba colisionó contra un tranvía en la Ciudad de México, es con la que el Museo Dolores Olmedo abre la exposición Me pinto a mí misma para celebrar el 110 aniversario del nacimiento de Kahlo.

 

Foto: EFE

 

La muestra, que se inauguró el jueves pasado, día del natalicio de la pintora, reúne 36 obras, incluidos retratos, autorretratos, dibujos y fotografías, en los que se plasma minuciosamente el proceso que vivió Kahlo para convertirse en un referente artístico a través de la expresión de su mundo interior.

 

“Pensamos que era un buen propósito, mostrarle a la gente cómo ella, a lo largo de su vida, fue construyendo esta imagen, no sólo como persona y como personaje, sino también cómo fue desarrollando su obra plástica”, explicó la curadora de la exhibición, Josefina García, a 24 HORAS.

 

Foto: EFE

 

“El título de la expo hace referencia a una frase que sale de su diario, donde ella dice que se pinta a sí misma porque es lo que mejor conoce. Es una manera muy diferente de cómo Frida Kahlo se ha presentado en el mundo”, agregó Carlos Phillips Olmedo, director del recinto cultural.

 

Dos de las obras que destacan en Me pinto a mí misma es un dibujo que Kahlo le obsequió a la actriz Dolores del Río, así como el reverso del óleo Retrato de la niña Virginia, que posteriormente le permitió trazar en 1929 el boceto de Autorretrato con aeroplano, la pieza que en 2000 hizo historia por alzarse como  la obra latinoamericana subastada a mayor precio por Sotheby’s.

 

“En el caso de Frida (Kahlo) pareciera que todos sus ángulos han sido explotados. Siempre pensamos en el dolor, en los autorretratos, en las naturalezas muertas, pero podemos pensar que a veces estos caminos pueden ser infinitos y sabemos hacia dónde dirigirnos”, concluyó García.

 

Foto: EFE

 

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