WASHINGTON, DC.- Reality Leigh Winner, de 25 años, quien en 2012 ingresó a la Fuerza Aérea de la que se retiró a finales de 2016 para trabajar en Pluribus International, contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA); puso de cabeza a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos.

 

Especialista en lenguas de Irán, Pakistán y Afganistán, Leigh Winner tenía acceso a documentos ultra-secretos de la Agencia Nacional de Seguridad, la Agencia de Inteligencia de Defensa, el Ejército y el Comando Central.

 

Así llegó a sus manos el más reciente reporte secreto de la Agencia Nacional de Seguridad que describe con lujo de detalles, cómo el Estado Mayor Conjunto Directivo de Inteligencia Rusa, se enfocó en penetrar empresas estadounidenses que alquilan máquinas para voto electrónico, para registro de votantes y para contabilizar boletas enviadas en ausencia, de agosto a noviembre de 2016.

 

DOCUMENTO

 

Según el documento de cinco páginas, obtenido por 24 Horas, los rusos realizaron espionaje a varias empresas de voto electrónico, entre ellas VR Systems, que operaron en ocho estados: California, Florida, Illinois, Indiana, New York, Carolina del Norte, Virginia y Virginia Occidental.

 

Según el documento basado en información obtenida en abril de 2017, los rusos crearon cuentas de mensajes electrónicos y lanzaron una campaña para que gobiernos locales  y estatales les contrataran para registro de votantes y voto electrónico.

 

Los rusos enviaron los mensajes electrónicos con un documento en Microsoft Word convertido en “Trojan Horses” o Caballos de Troya, para introducir malware, abiertos por operadores de computadoras de sistemas locales, que les dieron acceso a una gran cantidad de computadoras de las Comisiones de Elección locales y estatales.

 

El reporte aclara, sin embargo, que no tienen forma de medir o evaluar el impacto de la penetración en esa computadora. Algunos de los documentos enviados, fueron corregidos el 19 y 31 de octubre y 1 de noviembre de 2016, antes de la elección y en algunos casos, recibieron mensajes especificando que las cuentas de correo electrónico no existían.

 

Winner, apasionada experta militar, tenía grandes diferencias con el actual gobierno que encabeza el presidente Donald Trump. No estaba satisfecha con su elección y sus políticas, como expresó a través de redes sociales, donde manifiesta simpatía por quienes, en posiciones como la suya, han denunciado lo que consideran no está bien.

 

RESISTENCIA VS TRUMP

 

A través de su Facebook y otras redes sociales, como Instagram, fue posible saber que  pertenece a la Marcha de Mujeres, la Resistencia vs Trump y la Islamic Society of America (Sociedad Islámica de América) que se opone a la prohibición de la entrada de musulmanes de siete países, propuesta por el presidente Trump.

 

Por eso, al ver el reciente reporte de cinco páginas, elaborado por la Agencia Nacional de Seguridad el 5 de Mayo de 2017, no dudó en sacar copias impresas, -como otros seis empleados- sólo que ella las hizo llegar al periódico y Blog The Intercept, donde luego de pedir un comentario a la NSA, lo público.

 

La llamada, sin embargo, puso en guardia a la Agencia Nacional de Seguridad, que de inmediato ordenó una investigación que, en sólo cuestión de horas, permitió establecer la identidad de Winner; obtener fotografías, confirmar sus contactos con The Intercept y solicitar su arresto, con la presentación de cargos por “mal manejo de información clasificada, transmitir o perder información estratégica de defensa y filtrar información a un medio informativo.

 

Durante 6 años que sirvió a las fuerzas armadas, Winner fue asignada a Fort Meade (Fuerte Meade) en el estado de Maryland, base de la Agencia Nacional de Seguridad. Una vez que aceptó su responsabilidad en la filtración el día 3 de Junio, ante el FBI, Reality Leigh Winner deberá comparecer ante una Corte Federal, donde podría recibir hasta 10 años de cárcel, por los cargos que han sido presentados en su contra.

 

Titus Nichols, su abogado, informó que no se le ha dado acceso a la evidencia ni a la consignación con los cargos, ya que un Gran Jurado, pidió que fueran sellados, para evitar su filtración a los medios informativos.

 

aarl/dca