Javier Santiago Castillo, ex integrante del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), habló en una entrevista con 24HORAS sobre una de las etapas más intensas e importantes en su vida profesional y personal (el lunes concluyó su período de tres años como consejero), que dice, asumió siempre con una visión crítica e imparcial.

 

 

 

El ex consejero electoral vuelve orgulloso a la academia y habló sobre los consejeros recién electos por los diputados cuyo mayor reto, advierte, será adaptarse rápida y cabalmente a un instituto tan complejo como el INE demostrando que, pese a su ideología política, son capaces de actuar con imparcialidad.

 

 

 

¿Cómo concluye su gestión en el INE?, ¿se va satisfecho o siente que deja temas pendientes?

 

 

Fueron tres años muy intensos desde el punto de vista profesional y personal. Me voy satisfecho por el esfuerzo realizado, aunque siento que hizo falta tiempo.

 

 

Hay algunos logros que se alcanzaron y hay algunos asuntos que quedan pendientes. El asunto de la modernización quedó inconcluso porque es muy complejo modernizar y hacer una adecuación de estructura en órganos centrales y  en los órganos desconcentrados de una institución tan grande con tal vez miles de procesos. Esta tarea quedó inconclusa, pero creo que, al menos, hay algunos cimientos bien establecidos.

 

 

Me voy satisfecho de haber mantenido una postura federalista, considerando que el Consejo General del INE en ocasiones invadió ámbitos de competencia no sólo de los institutos locales, sino de los propios poderes locales. Hay una visión con una fuerte carga centralista que yo no compartí, no comparto, ni compartiré. Tuve una postura crítica pero institucional buscando siempre la solidez jurídica; intenté construir acuerdos porque es indispensable en un orden colegiado.

 

¿Cuál es su relación con los otros consejeros tomando en cuenta los disensos y sus posturas muchas veces contrapuestas? 

 

 

En política ni odios, ni amores, sólo política. Yo no confundí lo político ni lo personal. Y hay algunos de ellos con los que me une una relación personal y de años. Con otros no, pero con todos intenté tener una relación cordial; y hay algo que yo intento en la vida, a pesar de los pesares, mantener un buen sentido del humor.

 

 

Como en toda relación humana, hay momentos de tensión. Pero puedo decir con franqueza que nunca llegó el agua al río. Mis opiniones fueron claras y de frente, podrán señalar que fui obstinado pero no desleal.

 

 

A propósito de la elección de los nuevos consejeros, que Morena acusa son designaciones del PRI, PAN y PRD, retomo declaraciones que hizo recientemente en el sentido de que siempre han sido y seguirán siendo cuotas de partido…

 

 

Las propuestas que hacen los partidos través de los grupos parlamentarios, son constitucionalmente correctas. Eso está establecido legal y constitucionalmente. No hay por qué espantarse de que los partidos propongan. Los consejeros tenemos derecho a tener una opinión política, una preferencia política. Es hasta nuestro derecho humano, y luego quieren que quienes lleguen a ocupar estas responsabilidades no tengan ni siquiera una opinión política. No. Lo que debe prevalecer es la conducta imparcial, que consiste en llevar nuestras acciones con la estrella polar de la legalidad.

 

 

Yo conozco a las dos designadas y al designado. Los conozco de manera diferente con diferente tiempo: tienen sus propias carreras en materia electoral. En el caso de Jaime Rivera sé que fue militante de partido hace muchos años, pero eso no es un pecado. Es un hombre independiente con criterio independiente que dejó la militancia hace muchos años; dejó esa militancia y actualmente es consejero electoral en un instituto imparcial e independiente.

 

 

Entonces los propuso un partido, sí. Es un mecanismo legal. No los podía proponer la divina providencia. En política todas las acciones son políticas o tiene consecuencias políticas.

 

 

¿Ello no le resta imparcialidad al INE?

 

 

Eso tiene que ver con la formación, con la calidad política y ética que tengan los designados. Ellos ya lo demostrarán en el camino. Si hay que juzgarlos, que sea por sus hechos y eso está por verse. La descalificación fácil se ha convertido en moneda corriente. Y yo creo que la historia de los consejeros que van llegando es una historia profesional y de un compromiso social y político.

 

 

Lo que sí creo es que debe cambiar el procedimiento para la elección de consejeros porque el diseño legal ya no corresponde al equilibrio político. Busquemos un procedimiento más equilibrado.

 

 

¿Cuál será el gran reto de los nuevos consejeros electorales?

 

 

Nadie de los que van a llegar tiene una visión clara de lo complejo que es el INE; como no la tuvimos nosotros, porque es imposible tener una visión de una institución cómo esta si no se está dentro. Entonces el gran reto es adaptarse rápidamente a la complejidad, y sobre todo a la velocidad en la que se tienen que tomar las decisiones.

 

 

Finalmente, ¿qué viene para usted después de ser consejero electoral?

 

 

Yo vuelvo a ser el profe Santiago. Regreso a la UAM Iztapalapa. Mi proyecto inmediato es, si Dios no existe y los milagros sí, concluir la tesis doctoral y recuperar mi espacio de académico. Concluyendo, decidiré qué rumbos intelectuales tomar. Me interesa la transparencia, la rendición de cuentas, la geopolítica, la seguridad nacional.

 

 

Se puede hacer política desde cualquier espacio. Yo siempre daré mi opinión sin reparo respecto a la vida política del país.