El médico psiquiatra de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Vicente Xicoténcatl Molina Ojeda, señaló que el origen de la depresión en esta época del año, al igual que la mayoría de los trastornos mentales y/o del comportamiento, es multifactorial.

 

Agregó que lo anterior “quiere decir que factores de tipo ambiental, como genéticos o biológicos de la propia persona contribuyen al desarrollo de la afección”.

 

Dijo que en esta temporada decembrina, “por las características que tiene, hace que las personas enfrenten o se den cuenta de las metas que no han cumplido, eso trae como consecuencia desequilibrio psíquico y psicológico, que en ocasiones hace que enfermen”.

 

Comentó que la característica fundamental de una persona deprimida “es haber experimentado por espacio de dos semanas de forma ininterrumpida un estado emocional que está caracterizado por tristeza o estado de ánimo deprimido”.

 

Añadió que “también viene aparejado de síntomas neurovegetativos principalmente, ya sea aumento o disminución en el consumo de sus alimentos, que aumente o disminuya su capacidad para el sueño: o anda muy dormido o por el contario no puede dormir por insomnio”.

 

Manifestó que además no tiene “muchas ganas de hacer las cosas que habitualmente hace y que le ocasionaban un gusto, eso se conoce como anhedonia, esa discapacidad para experimentar placer en las cosas que habitualmente disfrutaba”.

 

Destacó que la mujer es más proclive a sufrir depresión, “por lo que organizar la cena, el postre, en compañía con los demás, compartir el alimento, es como puede sobrellevar mejor esta situación afectiva”.

 

Puntualizó que “son tiempos en donde se busca el contacto con los seres queridos, esto permite que toleremos esta baja afectiva por las propias características de la época”.

 

Subrayó que en la cultura actual hay situaciones que tienen que ver con las expectativas personales, “por ejemplo, tenemos unas décadas en que la Navidad se ha comercializado a un extremo terrible, donde todo mundo la asocia con regalos”.

 

Señaló que “la gente se siente con expectativa de que alguien le regale o se siente con la obligación de regalar algo, pero cuando no hay el recurso, más aparte el factor depresivo, esto hace que la gente se sienta mal”.

 

Explicó que en esta época hay una predisposición afectiva de manera natural, “que a unos les va a pegar más y a otros menos”.